La final femenina de México tenía como actrices principales a dos parejas que no suelen verse en la última instancia de un torneo pero que con trabajo, intención y méritos se colaban en ella. El último Major del año saludaba en su pelea final a Gemma Triay y Claudia Fernández por un lado, y a Martita Ortega y Sofía Araújo por el otro.
Ambas duplas llegaban a esta última instancia tras hacer una ronda de semifinales muy trabajada, por un lado, Gemma y Claudia habían vencido a Bea González y Delfi Brea por 7-5 y 6-2 en un partido bastante ajustado, incluso más de lo que reflejó el marcador; por su parte, Martita y Sofia se llevaron un duelo tremendo ante la pareja uno, Ari Sánchez y Paula Josemaría, por 3-6, 6-3 y 7-6 firmando una remontada tremenda.
Ese panorama previo indicó lo que iba a reflejar cada pareja en el 20×10, donde el trabajo era innegociable y aquella dupla que mostrara más precisión en golpes de alta dificultad iba a llevarse el encuentro. Arrancaron mejor las de Seba Nerone, no solo mandando al servicio, sino más cómodas al resto. Sin embargo, el quinto juego fue todo lo contrario y significó rotura para la pareja dos (2-3), si bien la respuesta de la pareja hispanoportuguesa fue instantánea con otro quiebre (3-3).
En ese momento empezaron a sucederse los acontecimientos con mayor precisión si cabía a la que había iniciado el duelo. Las cuatro estaban muy firmes al servicio, pero sin lograr dañar al resto (5-5), estuvieron cerca en dos ocasiones las chicas de Rodri Ovide, pero no lo resolvieron y se marchó al tie break la primera manga. La pareja que menos errores cometiera y, sobre todo, que de manera más inteligente usara sus cartas era la que se iba a llevar este primer asalto. Marta aprovechó por dos veces dos remates cortos de sus rivales, el primero le dio la opción de set a su equipo y con el segundo se anotó el primer tanto del partido (7-6).
La segunda manga arrancó con muchas diferencias entre ambas duplas, Gemma y Claudia haciendo mucho daño al resto y Marta y Sofía algo desconectadas, lo que hizo que llegara el primer quiebre consolidado del partido en favor de la dupla dos (3-0). Las diferencias no hicieron sino aumentar y rápidamente llegaría el empate al luminoso, con un parcial soberbio de la pareja nº2 (1-6).
Un empuje que mantuvieron en el tercer y definitivo parcial, si bien aquí despertaron la madrileña y la portuguesa de su letargo, volvieron a armarse y a provocar peligro desestabilizando la defensa rival. Los juegos se sucedían en ambos bandos pero entonces llegó el break. Triay y Fernández escribieron un mejor final de set, más presencia en la red y mayor actividad en las piernas, para obtener un mínimo rédito que sería suficiente para obtener su quinto título del año (Santiago de Chile, Burdeos, Madrid, Valladolid y ahora México) y seguir reafirmando su posición como segunda pareja del ranking con un 7-6, 1-6 y 4-6.