Jon y ‘Coki’ tienen, por fin, la primera muesca en su cinturón

Les ha costado a pesar de su talento, de ese pádel eléctrico que despliegan y que cansa con solo verlo. Una pareja efervescente que siempre te lleva al límite pero que no terminaba de rendir con regularidad y se atascaba al llegar a las rondas finales. Burdeos es y será, para siempre, un lugar fetiche para ellos.

Jon Sanz y ‘Coki’ Nieto han reído y llorado en tierras francesas, todo a la vez, gracias a la consecución de su primer título como pareja, uno muy buscado y necesitado, y uno que refrenda el gran trabajo que vienen haciendo junto a su técnico, Maxi Grabiel.

Teníamos por delante una final inédita entre estos dos jugadores y Álex Ruiz junto a ‘Momo’ González, duelo de cañoneros y talento a partes iguales pero el inicio fue únicamente de los ganadores finales, pues Jon y ‘Coki’ arrancaron sus motores y el de los malagueños se gripó a las primeras de cambio.

Del 0-0 pasamos al 0-4, con el madrileño y el navarro acertando en todas las tomas de decisiones y abriendo una brecha insalvable en el marcador conforme al juego que se veía en la pista. Álex y ‘Momo’ querían pero no podían, se limitaban a ver cómo bailaban al otro lado de la red y ellos sufrían en defensa (un total de 17 errores no forzados se pudieron contabilizar), demasiado pegados al cristal y acribillados a balazos constantes, lluvia de flechas sobre sus cabezas para, con un rápido 1-6, poner el broche a la primera manga.

Para alegría del respetable francés, el guion cambiaría en el segundo parcial, pues era de obligada presencia de los andaluces con otro talante, con mejor puesta en escena, y a ello se dedicaron, igualando la intensidad, el juego y el acierto, provocando que ahora el marcador sí fuese lo esperado. González y Ruiz entraron más decididos y con el paso cambiado, lo que se tradujo en igualdad de fuerzas hasta pasado el ecuador, momento en que Nieto y Sanz volvieron a la carga, juntaron líneas, subieron la intensidad y apretaron en pos de la victoria final.

En el noveno juego llegaría el momento álgido para ellos, break y juego definitivo para sellar su triunfo, el que les regalaba un partido muy bien preparado y trabajado (1-6 y 4-6). Por fin estrenan su palmarés.