Duelo de pádel lento en ocasiones, abusando de los globos y el juego táctico, pero muy físico, con puntos largos, intercambios que desgastaban con solo verlos desde la grada y cuatro jugadoras entregadas a la pelea por el título. Cerca de 2:30 horas de batalla en la central de Burdeos para ver cómo nuevamente, la alumna y su maestra se coronaban con un título.
Se veían las caras Claudia Fernández, talento cada vez más en eclosión, y Gemma Triay contra la excompañera de esta, Martita Ortega y Vero Virseda, proyecto en crecimiento que ha aprovechado al máximo la ausencia de jugadoras importantes para plantarse en la final, y no defraudaron en ningún momento.
El primer set (y después también el segundo) podría resumirse como un goteo constante de oportunidades para ambos binomios, pues si unas golpeaban y conseguían ponerse por delante, respondían las otras para igualar, y así una, y otra y otra vez. Llegaríamos al quinto juego (2-2) sin una sola rotura, sin sobresaltos para las sacadoras, pero con un murmullo peligroso en el ambiente, era una calma tensa que se hizo realidad.
Con 3-3 en el marcador, Gemma y Claudia lograban un break que les daba un 5-3 pero, lejos de decir su última palabra, la doctora y su compañera, consiguieron recuperar la paridad cuando todo estaba perdido. Del 5-3 se pasó al 5-5 con una Martita creciendo en pista y superando por momentos a Claudia en el cruzado, demostrando galones y sangre de ex número 1. Sus golpes picaban más, mientras que a Claudia se la veía sin terminar de soltarse, más encorsetada en lo táctico que en soltar el brazo en las bandejas o víboras, si bien cuando conseguía entrar por el centro (especialmente con su volea de revés), causaba mucho daño.
Tuvieron hasta tres bolas de break en el siguiente Ortega y Virseda, una tras otra, pero las desperdiciaron todas, hasta que la primera que tuvieron las nº1 del torneo, fue para dentro (6-5), asegurándose como mínimo el desempate. En el siguiente cambio de saque, con las chicas de Cristian Gutiérrez al servicio, desperdiciaban sus ocasiones con un 15-40 que únicamente frenaban con una revisión por una contrapared de Vero que Claudia y Gemma decían que había golpeado en la verja superior, como así certificaría el árbitro.
Desesperadas por la imperial defensa de sus rivales, Martita y Vero capitulaban en el siguiente saque, habiendo perdido múltiples ocasiones ¡y con 7 pelotas de break en contra!, con una Claudia y una Gemma defendiendo todo a capa y espada para el definitivo 7-5.
Cristian les pedía trabajo y calma, les decía que estaba en su mano, y así salieron al segundo, pero Triay y Fernández no se relajaron lo más mínimo y como tarjeta de presentación escribieron un 2-0; una renta que no haría otra cosa que aumentar a su favor, llegando a estar 4-1 y con Martita y Vero totalmente noqueadas, con ganas pero sin pádel como para causar mayor daño.
Lo maquillaban ligeramente las nº2 con un 4-2 y luego con un 4-3, agarrándose más con corazón que con cabeza, consiguiendo incluso empatar la eliminatoria (4-4). Todo se reseteaba y se ponía como al principio, como en el primer set en el que llegaron a estar 5-5, y es que Gemma y Claudia dejaron de apretar, empujando la bola en demasía y sin crear peligro, lo que aprovecharon las de Cristian Gutiérrez para meterse nuevamente en la pelea.
De nuevo se veían las cuatro con un 5-5 y de nuevo eran Triay y Fernández las que aceptaban el desafío. Les habían alcanzado pero no les dejaron ir más allá, pusieron la barrera y frenaron en seco la reacción de Ortega y Virseda, que olían el empate a lo lejos. Dos juegos seguidos de la menorquina y la madrileña significaban el fin de la resistencia de Martita y Vero, aplaudidas por su entusiasmo pero sin premio final (7-5 y 7-5).
Para Claudia y Gemma era su quinta final como pareja y, tras ganar en Santiago de Chile, han decidido repetir en Burdeos. Ya tiene dos títulos en la que sin duda es su mejor temporada hasta la fecha, pero no duden que, detrás de ese carácter tímido, callado, que escucha mucho más que habla en los banquillos, a veces con mirada perdida en la pista y sin expresar alegría o frustración, se esconde un talento innato, un diamante que todavía tiene mucho por pulir y que quiere más títulos. ¿Los conseguirá?
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