Definimos nuestro propio juego…¿A qué jugamos?

Para llegar a ser buenos jugadores de pádel, lo primero que debemos hacer es conocer cuáles son nuestras virtudes y defectos. Esto quiere decir que aquel padelista que consigue poner en práctica una táctica de juego, basada en los golpes que domina y no realizando lo que desconoce, partirá con una gran ventaja en los partidos.

El secreto está en intentar llevar siempre el juego a nuestro «terreno» para así convertirse en un jugador inteligente. Por el contrario el que no conoce sus limitaciones e intenta hacer lo primero que le viene a la cabeza, va a jugar sin lógica, aplicando la táctica de forma errada e intentando jugadas para las que no está capacitado y, por consiguiente, errando demasiado se convertirá en alguien sin criterio de juego. 

«Definirse como jugador significa saber en todo momento a que se está jugando, independientemente del resultado que se consiga».

Lo importante es tener en cuenta que debemos intentar imponer nuestra táctica de juego por sobre la de los rivales.

Si somos buenos en defensa:

En este caso no nos resultará difícil sacarle velocidad al juego y cambiar los ritmos cuando sea el momento, intentando cansar a nuestros rivales pero sobretodo, desgastándolos psicológicamente al pasar todas las bolas del otro lado de la red.

Entrenamiento: Nuestros trabajos de la semana deberán basarse fundamentalmente en el «control de la bola». Deberemos estar mentalmente preparados a soportar los puntos largos, intentando la definición, sólo cuando la situación sea propicia. Al mismo tiempo en que basamos nuestro juego en una defensa sólida, debemos entrenar los cambios de ritmo para sorprender al rival, al igual que buscamos mejorar nuestros golpes de ataque para poder ser más agresivos cuando jugamos en la red.

Si nuestro punto fuerte es el ataque:

Si contamos con un juego agresivo y con un buen poder de definición en la red, lo principal es intentar por todos los medios, jugar el mayor tiempo posible en esa posición.

Para eso, es fundamental conseguir la red, aunque debemos hacerlo sin apurarnos y sin arriesgar con tiros imposibles. 

Es necesario tener presente en todo momento que nuestro principal objetivo va a ser ganarle la red al rival, y no intentar ganar los puntos desde el fondo o jugar tiros de alto riesgo para conseguir el objetivo.

Entrenamiento: Debemos tener bien entrenados los cambios de ritmo por abajo, alternando bolas fuertes y con peso con bolas lentas, que nos permitan recibir una bola más fácil para contragolpear, o jugar un buen globo para conseguir la red. 

En el pádel de hoy, en el que es muy difícil ganar la red con el globo, debido a la cantidad de rematadores que hay, los defensores se ubican algo más adelantados. Esta posición les permite anticipar algunos tiros agresivos y también estar más cerca de la red para contragolpear con una volea, o para «robar la red» con una volea–globo.

La pareja que es limitada técnicamente, pero que cuenta con una buena preparación física, debe intentar alargar los puntos, sin complicarse demasiado. Esto se consigue realizando las jugadas que más domina, descartando los tiros difíciles, que sólo van a complicarlos. Todos los padelistas deberían saber cuáles son las jugadas que dominan y no pretender imitar a los talentosos que cuentan con otra preparación técnica.

El riesgo de nuestra táctica de juego lo va a marcar siempre el nivel de nuestros rivales. Si nos enfrentamos a una pareja de menor nivel, haciendo lo «lógico» y jugando ordenados, lo más probable es que se gane el partido; ahora bien, si nos toca enfrentar a una pareja que se encuentra más arriba en el ranking o con la que tenemos dificultades al enfrentarles , si jugamos «solamente con la lógica» no va a ser suficiente.

En este caso, nuestra estrategia inicial deberá ser basada en nuestras virtudes de juego, pero con un mayor porcentaje de tiros agresivos y en algunos casos con mayor riesgo, para intentar sorprender a los rivales. En estos enfrentamientos jugar con la lógica y solo metiendo la bola no va a ser suficiente.

El gran secreto del pádel radica en jugar «económico», intentando ganar el juego de la manera más simple posible, y no complicándose con jugadas que difícilmente se puedan resolver.

«Saber cuándo es necesario arriesgar más y cuando no lo es»