El jugador argentino de la firma Vibor-A, Maxi Grabiel, ha querido analizar para los medios el desarrollo del Mundial de Pádel de Palma de Mallorca, en el que junto a sus compañeros se hacía con el título de mejor selección al vencer a España en una gran final.
Desde Vibor-A, admiten que «era una espina que tenía clavada. Maxi Grabiel no había conseguido hasta la fecha ser Campeón del Mundo con la Selección Argentina. Aún repercute en su recuerdo aquella final perdida al lado de Fernando Belasteguín en el Mundial del 2010 contra Juani Mieres y Willy Lahoz. Pero el maleficio llegó a su fin en el punto decisivo de la final.
Sanyo Gutiérrez y Maxi Sánchez jugaron la final contra Paquito Navarro y Matías Díaz, Cristian Gutiérrez y Bela contra Mieres y Willy Lahoz, mientras que a Maxi Grabiel y Sebastián Nerone les tocó definir contra los canarios Aday Santana y Jordi Muñoz.
Nada más aterrizar en Madrid, mientras hacía el trayecto en coche desde el aeropuerto a su casa, el reciente Campeón del Mundo realizaba sus primeras valoraciones del triunfo: «Es una gran satisfacción. Daros cuenta que era un título muy importante para mí, ya que no había conseguido ser Campeón del Mundo con Argentina. Teníamos claro desde el principio que la final iba a ser contra España, así que en los primeros cruces nos dosificamos bastante».
Lo que no sabía con tanta claridad Maxi Grabiel era que le iba a tocar jugar el punto decisivo, ya que Sanyo Gutiérrez y Maxi Sánchez perdieron su partido contra Matías Díaz y Paquito Navarro. «Nuestro primer set fue bastante igualado, aunque tuvimos alguna oportunidad de rotura. Llegamos hasta el tie break que ganamos por 7-5. En el segundo set nos rompieron el servicio en el 1-2; ellos empezaron a jugar a un gran nivel hasta que se fueron en el marcador por 1 a 5. En aquel momento nos desmoralizamos un poco y pensamos que ya todo se resolvería en el tercero. Seba y yo, después de hablar y analizar la situación, decidimos hacer el partido todo lo largo posible. Indudablemente los cuatro jugadores estábamos nerviosos, era un momento muy importante en nuestras carreras deportivas. Todos cometimos errores que no son habituales».
«Nuestro planteamiento en aquel momento fue no dar una pelota por perdida y que si querían ganar la segunda manga se lo iban a tener que trabajar de verdad. Empezamos como si el marcador partiese de cero, luchando hasta el límite cada lance. Creo que ellos se violentaron y empezaron a fallar, así, poco a poco, punto a punto, fuimos remontando. Cuando llegamos al 3-5 se notaba que ellos estaban muy presionados y pudimos llegar a la muerte súbita. Ya en los puntos decisivos fuimos muy superiores, nos pusimos rápidamente 6-1 arriba para después cerrar el partido 7-2. La verdad es que ha sido emocionante, lo llevaré siempre grabado en mi memoria».
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