23 de noviembre de 2024
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La lumbalgia y el pádel

¿Quién no ha sufrido en alguna ocasión un dolor en la región lumbar? Es una molestia muy común ya que se trata de un ‘punto crítico’ dentro de nuestra anatomía y podría ser considerada como una de las consecuencias de pasar de caminar sobre cuatro patas a hacerlo sobre dos.

Padel Spain .- La lumbalgia es una patología asociada a deportes de distinta consideración; es más, su incidencia es muy alta en toda la población y en el desarrollo de todas las actividades. Sin embargo, nos centraremos en por qué puede aparecer en el pádel, cómo podemos evitarlo y que hay que hacer para solucionarlo.

La columna vertebral es la encargada de estabilizar verticalmente las desviaciones horizontales que sufre la pelvis en cada movimiento con un único objetivo: la alineación de nuestros ojos para que siempre mantengamos la vista horizontal, independientemente de lo que estemos haciendo, la inclinación del suelo, etc.

La columna tiene una actividad muy intensa a nivel muscular y articular para llevar a cabo compensaciones y ‘reajustes’ cuando no estamos en una postura estática y erguida. En el momento en el que caminamos, corremos, saltamos o jugamos al pádel, nuestra columna no deja de trabajar, por lo que puede sufrir estrés articular, sobrecargas y lesiones, implicando a  diferentes estructuras anatómicas.

La zona lumbar es el primer segmento de la columna vertebral y, por lo tanto, la parte que inicia los citados reajustes. Tampoco debemos olvidar que soporta el peso del resto de columna y de la cabeza y, además, hay otra situación a tener en cuenta: si vemos la columna desde un plano sagital (vista de lado), se observarán una serie de curvaturas que dan una mayor resistencia a toda la columna. En la zona lumbar esta curvatura se conoce como lordosis lumbar y es una curva cóncava si la vemos desde atrás. Una lordosis poco pronunciada o muy pronunciada puede provocar distintas patologías, y aunque existe un componente genético en cada persona, el trabajo de las musculaturas abdominal y lumbar puede ayudarnos mucho a corregirlo o al menos a evitar ciertos problemas.

El pádel, como cualquier deporte de raqueta, es asimétrico. Eso quiere decir que siempre se trabaja más un lado ya que la pala la jugamos siempre con el mismo brazo. De esa manera, si no tonificamos todo el cuerpo en su conjunto, la descompensación puede ocasionar dolores y aumentar la incidencia de ciertas lesiones.

Hay que prestar especial atención a dos jugadas que suelen provocar problemas lumbares siempre que no usemos la técnica adecuada: jugar la bola con la pared y jugar bolas bajas.

En el momento en que jugamos con la pared colocamos nuestro cuerpo en la posición correcta para recibir la bola y devolverla en las mejores condiciones posibles. Un jugador profesional, con una técnica depurada, es capaz de anticiparse y colocar las piernas de manera que al girarse, la espalda prácticamente no se torsiona. En los jugadores amateur se abusa de los giros de tronco desde la columna lumbar, lo que provoca un cizallamiento constante de los discos intervertebrales, que se irritan e inflaman, generando dolor articular. Este dolor es el que inicia una contracción constante de la musculatura lumbar con el fin de proteger la zona y ocasiona sobrecargas y contracturas.

Cuando nos llega una bola a baja altura, la técnica correcta sería bajar nuestro centro de gravedad flexionando las piernas, pero esto supone entrenar a fondo la técnica y trabajar la musculatura de los miembros inferiores, sobre todo de cuádriceps y glúteos. A nivel amateur nos es mucho más fácil flexionar la espalda hacia delante, lo que provoca que la musculatura lumbar tenga que trabajar en exceso cada vez que queremos recuperar la postura erguida, ocasionando también contracturas y distintos dolores lumbares.

Es evidente que la mejor manera de luchar contra la lumbalgia es prevenirla cuidando todos estos gestos, entrenando la técnica correctamente y tonificando musculaturas lumbar y abdominal. No obstante, esta zona también puede trabajarse de forma habitual con masajes, estiramientos, manipulaciones y demás técnicas de fisioterapia para ayudarnos no sólo cuando se ha instaurado la patología, sino también para prevenirla.

Recuerda que tu espalda también juega. Ten esto en cuenta en tus entrenamientos y estiramientos para poder mantenerla en un estado óptimo.

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