Otra vez, nueva sesión de pádel por partida doble en Canarias. Había que terminar este FIP Rise Isla de La Palma y quedaban las semifinales y las finales tanto de categoría femenina como masculina y por eso, desde primera hora del día, los jugadores y jugadoras se pusieron manos a la obra para despertar a base de puntos.
Seis partidos tuvimos durante el día y prácticamente todos, salvo dos, se resolvieron por la vía rápida, con marcadores amplios y bien manejados de principio a fin por las parejas que, a priori, partían como favoritas.
En el cuadro femenino, la pareja sorpresa del torneo, las jovencísimas Jana Montes y Raquel Eugenio dieron otra muestra más de su ambición, de su enorme calidad y de que juegan con convicción, con respeto pero de tú a tú a todas las rivales y en suelo local, consiguieron ante Elena de la Rosa y María Teresa Moriñigo, un amplio 6-1 y 6-3.
En la otra semifinal, Arantxa Soriano y Martina Fassio conseguían imponerse al binomio hispanoargentino compuesto por Ana Sánchez y Daira Valenzuela por un 6-2 y 6-2.
En la gran final, las jóvenes dieron otro paso al frente, empujadas por la grada local y por la enorme ilusión que suponía triunfar ante los suyos. No dieron apenas opción a Soriano y Fassio y les superaron de principio a fin, siendo más resolutivas e hilando siempre muy fino.
Sin apenas errores, sin conceder más de lo estrictamente necesario, obtuvieron un 6-3 y 6-1 que les concedía su primer título como profesionales y, sobre todo, el reconocimiento de los suyos.
Canarias también triunfa en el cuadro masculino
Pasando al cuadro masculino, los números 1 del torneo, Álvaro Cepero y Miguel Benítez, sufrían en el inicio frente a Daniel Santigosa y Emilio Sánchez, al menos en lo que a la primera manga se refiere, en la que necesitaron ir al tie break para ponerse por delante. Una vez lo consiguieron, el partido ya se les puso cuesta abajo en el segundo y lo sacaron adelante sin tanto problema (7-6 y 6-3).
La otra semifinal contó con la mayor emoción de todos los partidos de la jornada. Se veían las caras Íñigo Jofre y Luis Hernández, ante Diego Gil y José Jiménez, afición dividida por contar con representantes locales en sus filas. El hecho de conocerse ya quedó claro desde el primer momento, a pesar de que Gil y Jiménez no acostumbran a jugar juntos, pero han conectado a la perfección.
Hostilidades abiertas desde el primer momento, con un desempate al que se llegó tras igualarse a todo en los primeros 12 juegos; allí, sin embargo, la dupla Jiménez-Gil fue muy superior y no dio oportunidad alguna, sacándolo con un contundente 7-1.
El golpe recibido encendió el ánimo de Jofre y Hernández, que lejos de entregar el partido, crecieron en el mismo y demostraron que no querían irse sin, al menos, competir. Sacaron su orgullo y les devolvieron el parcial pero con mayor amplitud todavía, un 6-3 que dejaba todo por decidir en el tercero donde, de nuevo, se pegaron con todo, sin contemplaciones.
Batalla total en la que los cuatro sumaban, apretaban y conseguían puntos. Se olía nuevamente el tie break pero no terminó de llegar, aunque por los pelos. Esquivarían Íñigo y Luis por los pelos la muerte súbita, pues no querían rememorar lo ocurrido en el primer parcial, y con un golpe de timón, lograron un break postrero que les sirvió para conseguir el 7-5 final.
La pelea por el título entre las parejas 1 y 3 del torneo, no tuvo apenas discusión, pues a pesar del mayor cansancio acumulado, Íñigo Jofre y Luis Hernández apretaron desde el inicio consiguiendo una sólida ventaja y cerraron, monopolizando las mejores acciones, con un 6-1 y 6-4 su primer entorchado de 2024.