Duelos con morbo y de poder a poder en las semifinales masculinas de México. Dos partidos muy serios, que empezaron en la tarde mexicana y concluyeron casi de madrugada, con España amanecida y madrugando para ver los partidos. De una sesión en la que la bola salía loca cuando se remataba a otra en la que se quedaba pegada por el frío y la humedad. Un cambio total de sensaciones.
El primero de semifinales fue muy peleado, como cabía de esperar por los cuatro que había en pista, los dos que mejor compiten en todas las situaciones, Franco Stupaczuk y Martín Di Nenno, y Ale Galán y Juan Lebrón, buscando estos despedirse de la mejor manera posible.
Con Lebrón en el punto de mira por su vergonzoso comportamiento de cuartos de final, el partido tuvo ida y vuelta desde el comienzo. Ninguna pareja quería dejar que la otra se marchara en el marcador, midiéndose al milímetro y buscando siempre provocar el error al otro lado de la red. Así, punto a punto, juego a juego, los cuatro sumaban y erraban poco, elevando al público y al partido, sumiéndolo en un show constante de golpes de todos los estilos y colores. Se vieron, además, obligados a meterse en el desempate, también largo y disputado, que cerrarían los españoles con un 9-11 para poner el 6-7 en el luminoso.
A partir de ahí, la resolución de todo cambió y el ataque de ambas parejas debilitó y resquebrajó siempre las defensas, haciendo que los atacantes encontraran siempre premio y llevando el choque a una sumatoria constante, mucha más rapidez de pelota. Competidores como siempre, Stupa y Di Nenno se revolvieron y provocaron hasta 12 opciones de rotura (conseguirían tres) para poner un rápido 6-2 en el partido y evidenciar una mejoría que, sin embargo, se volatilizó.
Porque golpeados en su orgullo y presas de su amor propio, Ale y Juan quisieron devolver la afrenta punto por punto y vaya si lo hicieron. Ahora en el tercero iban a ser ellos los que mejorando lo que habían errado con anterioridad se adueñarían de la pista y de la pelota, haciendo imposible que Stupa y Di Nenno complicasen más la eliminatoria; otro 2-6 pero ahora para los nº2 cerró la contienda y, en su último torneo juntos, les metía en la final (6-7, 6-2 y 2-6).
En la segunda eliminatoria, Arturo Coello y Agustín Tapia se colocaban como principal obstáculo para una final soñada por Paquito Navarro y ‘Sanyo’ Gutiérrez; viniendo estos jugando muy bien, tenían dos grandes rivales, los nº1, que no querían dejar de aumentar su nómina de victorias.
Así empezaron las hostilidades, durando la igualdad, a pesar del buen juego del andaluz y el argentino, hasta el tercer juego, cuando la maquinaria de Arturo y Agustín empezó a soltarse y estos se desmelenaron, con un juego sólido, potente y que ponían en muchos aprietos a un Paquito y un ‘Sanyo’ que intentaban pegarles al cristal pero que no terminaban de consumar su estrategia (6-3).
En el segundo set arrancarían Paquito y ‘Sanyo’ con rotura en contra, siguiendo con las malas sensaciones del final del set, pero se rearmaron y encontraron la vía. Obtuvieron el contrabreak justo después (1-1) y se pusieron por primera vez por delante (1-2), encontrando la manera de jugar a la cantidad de winners que llegaban desde el otro lado.
Su partido estaba siendo muy bueno, con mejores estadísticas en defensa incluso que Coello y Tapia, pero sin poder frenar la percusión constante de golpes del vallisoletano y el de Catamarca. Sin embargo, el sevillano empezó a crecer, a sacar la bola de la pista y a convertirse en protagonista, complicando como ya hicieran en el torneo anterior la existencia de los líderes del ranking.
En el séptimo juego volvieron a ponerse por delante Navarro y Gutiérrez, logrando un juego en blanco (3-4) y siguieron aguantando las acometidas de un Tapia y sobre todo un Coello que le pegaba desde todos los lados, llegando a estar 4-5 y restando para llevarse el break, pero los nº1 tiraron de carácter para empatar y rebasarles (6-5).
Ahora eran ellos los que estaban en su momento dulce y una y otra vez sacaban adelante la situación por muy comprometida que fuera. Último juego del partido y tres remates consecutivos de Coello para poner el 40-15, inconmensurable por arriba el de Mojados, y terminando con una volea de revés de ‘Sanyo’ que se quedaba en la red, un castigo demasiado duro teniendo en cuenta el gran partido que venían haciendo (6-3 y 7-5).
Un final más para Coello y Tapia, que se verán con Galán y Lebrón en la lucha por el título en la tierra que vio nacer este deporte.