Luigi Carraro es el presidente de una nueva Federación Internacional de Pádel (FIP) que ha crecido y luce músculo. Tras anunciar varias incorporaciones y asumir movimientos internos, la creciente estructura de la FIP le ha permitido asumir un un nuevo rol que exhibe con orgullo en el inicio de la primera temporada en solitario del circuito bandera, Premier Padel.
Y es que tras llegar al cargo en 2018 y lograr establecer una política de alianzas, desencuentros y crecimiento que permitiría a la institución pasar de la nada a tener peso específico en un deporte en expansión, el representante italiano, que no ha tenido un camino fácil, ahora es sabedor de la envergadura de su figura y no duda en asumir los focos. Es más, se siente cómodo y si hace falta se erige como el máximo exponente de esta nueva etapa en la que, ahora sí, parece contar con el apoyo de la nueva plana mayor institucional del pádel que no dudaría en acompañarle presencialmente en la rueda de prensa celebrada durante la jornada de semifinales del Qatar Major. Con una llamativa excepción, eso sí, la del nuevo CEO de Premier Padel, Eno Polo.
Una etapa que ha comenzado en Oriente Medio. Riad, primero, y Doha, después, han sido las sedes encargadas de alzar el telón del 2024 con dos torneos que para Carraro tienen un balance »muy positivo» ya que en Riad hubo »un lleno absoluto en los dos últimos días de competición» y la capital qatarí se ha confirmado »como la mejor en la organización de este tipo de torneos» tras celebrar su tercera edición y evidenciar una mayor asistencia de público que años anteriores.
La propuesta de Premier Padel pasa por un calendario de 25 torneos en el ámbito internacional. Una globalización que, para Carraro, permitirá al pádel »más ingresos, más patrocinadores y muchos más países», pero que no acaba de agradar a todos pues hay territorios que se ven afectados. Entre ellos, quizás, el más destacado es España, la cuna del pádel moderno de la última década.
»Decidimos poner un límite al número de torneos que componen el calendario y lo hicimos porque el respeto y el cuidado de los deportistas sigue siendo primordial. Han vivido dos temporadas muy largas y de acuerdo con ellos acordamos contener el número de pruebas», aseguraba al respecto a la par que, destacaba, la compensación con el país líder a través de los torneos Platinum, los »ATP 250» de la pala, para llegar a un total de »ocho eventos».
Tal ha sido el descenso de pruebas en España (de 12 a cuatro) en menos de un año que en las últimas semanas ha surgido una nueva iniciativa denominada Ultimate Padel Tour que, de momento, parece no entrar en los planes del órgano que rige el pádel.
»Lo he leído en los periódicos y yo estoy acostumbrado a ir a los sitios donde si quiero tener relación con quien gobierna, intento llamar al gobierno. No creo que deba ser al revés. No sé más de lo que he leído y con la FIP no han contactado. Yo respeto a todos y cualquier organizador que quiera organizar un torneo bajo el amparo de la FIP puede solicitar desde un Major a un Promotion y lo importante es que esté de acuerdo con la federación nacional y las reglas de la FIP», explicaba el presidente FIP en un tono distante.
Tras dos años de saturación y desgaste, el calendario sigue siendo otro de los temas en cuestión en la actualidad de este deporte y ahora sí parece inalterable a pesar de no existir el compromiso por escrito a la última propuesta por parte de las asociaciones de jugadores (PPA) y jugadoras (IPPA) con Premier tras, tal y como adelantó Mundo Deportivo, llegar a un principio de acuerdo el pasado mes de diciembre que sigue sin rúbrica en marzo.
»Estamos acostumbrados a hablar con comunicados oficiales y tenemos contratos firmados y vinculantes con las asociaciones de jugadores y jugadoras y por eso están aquí jugando y compitiendo. Este es un proyecto a tres y unos buenos gestores son los que evolucionan. No hay que entrar en tecnicismos y todas las partes están abiertas a mejorar las cosas en este largo camino», argumentaba un Carraro que prefería evitar en profundidad la cuestión alegando, eso sí, que jugadores y jugadoras firmaron un MOU (Memorando de Entendimiento) al inicio del proyecto.
Y es que el ambiente parece enrarecido las últimas semanas porque a pesar de que nadie lo reconoce públicamente existe un descontento por parte de los y las protagonistas ante lo que en su día apoyaron y que ahora aseguran ha cambiado en temas de duración y libertad de competición. No parece motivo baladí y parece que irá para largo, pero la voluntad de la FIP es centrar el foco en el trato al jugador y su feeling con PP.
»Todos los jugadores han venido a jugar nuestros torneos. Soy presidente y apasionado de este deporte y no me fijo en los contratos que, seguro, están muy bien redactados y garantizan todo. A mí lo que me interesa es que los jugadores se apuntan y juegan los torneos felices», atajaba Carraro al ser repreguntado tras ensalzar la »fotografía» de la final de Roma en 2022 con un festivo Paquito Navarro junto a las 7000 personas que estaban en las gradas.
Porque para Carraro »podemos tener los mejores contratos, pero si los deportistas no están contentos nunca participarán en nada». Lo que es seguro es que la apuesta de la FIP por Premier ha sido y sigue siendo total, más ahora que el actor dominante de la última década, World Padel Tour, parece ser solo un recuerdo del pasado y donde el presente se vertebra en un nuevo escenario de juego que tiene tantas diferencias como similitudes con su historia más reciente.