Debutaba el cuadro masculino en el Master Final del Palau Sant Jordi y a priori, el partido que levantaba el telón, tenía una pareja que era clara favorita, la formada por Paquito Navarro y Fede Chingotto.
Sin embargo, una vez que se terminaron los saludos protocolarios, el calentamiento y la foto, todo se convirtió en una batalla campal. Un partido de altura entre cuatro jugadores que podrían estar viviendo sus últimos momentos como pareja (o no), ese ‘last dance’ tan manido en ocasiones que puede hacer que te centres más en el cambio y en el aire nuevo que en lo que tienes al lado.
Y eso es lo que precisamente les ocurrió a un Paquito y un Fede que desinflaron su habitual puesta en escena, parados de piernas y de cabeza, sin que las ideas aflorasen en su mente para poder ejecutarlas y dominados a placer por un Álex Ruiz y un Juan Tello que para nada rehusaron jugar a la contra, sino que dominaron y propusieron.
Su propuesta fue, además de positiva, acertada y muy conveniente para el tipo de pista que tenemos en este Master, una en la que los breaks llegan fácil y donde la bola corre, sin ser muy, muy lenta, lenta.
En ese discurrir, Álex y Juan encontrarían la brecha por la que hacer daño y atacar incesantemente hasta que los breaks emergieron en el marcador del partido, logrando un 6-3 que significaba cerrar el primer parcial.
La igualdad aparecería entonces a derecha e izquierda en el 20×10 debido a que, en esta ocasión, el saque lo iban a conservar cada una de las parejas en su haber, lo que provocaría que, aunque apareciesen bolas de rotura, no terminasen de llegar los breaks (Paquito y Chingotto tuvieron hasta cinco). Con ello, se llegó al tie break en el que Paquito impuso veteranía y logró meterse algo más en el choque, encendiéndose y prendiendo también a su compañero, pues ambos aparecían en la pista sin demasiada comunicación cuando se perdía un punto y si no era porque enlazaban dos o tres seguidos, la cabeza estaba agachada.
Con el 6-3 y 6-7 llegaría la tercera manga en la que de nuevo los sacadores mostraron seguridad y donde los chicos de Gaby Reca decidían venirse arriba, con Fede bloqueando como suele para crear espacios y dominar en la red y Paquito viéndose con oportunidades de victoria, gritar cada punto como si fuese el último. El noveno juego les sonreiría y se convertiría en la piedra sobre la que edificar su triunfo, consiguiendo romper la cadencia igualitaria y poner un 6-3, 6-7 y 4-6.