Acostumbrado a verle vestido de corto y entrando en la pista, estos días por Milán estamos viendo a Juan Martín Díaz »de incógnito», con vaqueros y sudadera, lejos de su habitual vestimenta, sentado en la grada y disfrutando (y también sufriendo) como un aficionado más). No es lo habitual pero a partir de ahora habrá que verle así, sin su despliegue de magia y reflejos.
Juan Martín se ha retirado y ya solo competirá en determinados torneos y exhibiciones varias, a cuentagotas, pero ha querido dejar unas palabras en la prueba italiana, de la que ha querido destacar que »el estadio es espectacular: es una lástima no haber podido jugar aquí, pero la decisión ya estaba tomada».
»Después de 30 años, es normal que me sienta extraño y que tenga que acostumbrarme a la idea de no entrenar más. Pero así es la vida, y le agradezco todo lo que me ha dado», comentaba también al respecto de su estancia al lado de la afición.
Sobre el futuro que le espera a este deporte, que él mismo ha ayudado a crecer y a internacionalizarse, el argentino nacionalizado español explicaba que »es increíble en términos de lugares, organización y calidad. Hemos visto todo lo bueno que el pádel puede ofrecer, esperando que se vuelva aún más internacional. El futuro es lo que ya está haciendo el Premier Padel, con una cobertura televisiva en todo el mundo: en poco tiempo tendremos torneos en todo el planeta con toda esta calidad».
»El pádel femenino siempre ha sido importante, pero ahora lo será aún más, también en el deporte, en nuestro deporte», añadía al ser preguntado por el debut de las chicas en la prueba.
Un pádel que, en comparación con la época dorada de Díaz, ha evolucionado: »Sí, debo decir que el pádel ha cambiado mucho: incluso al hacer un »globito» perfecto, hay jugadores que siguen atacando de la misma manera. Hay que ser más inteligente y por eso considero aún más la mentalidad, antes de pasar al aspecto técnico y físico. El pádel sigue siendo un deporte muy motivador y de sensaciones».