Adiós a los fantasmas, la travesía por el desierto y cualquier atisbo de dudas: Ale Galán y Juan Lebrón han vuelto definitivamente. Ojalá no se hubiesen ido nunca, pero la vida del deportista es así. Desgraciadamente, las lesiones te golpean cuando menos lo esperas y este fue su caso.
Ahora, sin nada en juego más que la honra, se han convertido en los auténticos jueces de la competición y que nadie dude que van a tener mucho que decir, de hecho ya lo están haciendo, pues tras dejar fuera de la ecuación a Agustín Tapia y Arturo Coello con suficiencia máxima, repetían impidiendo el título de Franco Stupaczuk y Martín Di Nenno.
Se avecinaba en Malmö una final espectacular, con todos los ingredientes para ilusionar y presentar al público sueco un espectáculo a la altura del recinto y de los nombres que iban a pelear en ella, y desde luego en uno de los lados de la pista no defraudó, porque Ale y Juan enarbolaron la bandera del pádel excelso, del gustarse y gustar, y desmembraron una a una las posibles dudas existentes.
Al intercambio inicial de breaks le siguió un pádel control casi total, poniendo a los dos españoles con un 4-1 arriba y la sentencia dictada, pues ese margen no lo perderían en lo que quedaba de parcial ni tampoco en el siguiente, mandando con puño de hierro ante unos ‘Súper Pibes’ que lo intentaban, lo buscaban, querían pero no podían, y que se vieron con un 6-3 en contra.
Se igualaría algo la contienda en el segundo, esta vez sin sobresaltos de breaks en el inicio y con los sacadores firmes en su desempeño, pero Ale y Juan querían más, no solo ganar un set, sino también llevarse el título, y lo consiguieron con mano firme, paso seguro y con un Lebrón que recuperó sensaciones de antaño (de hecho volvía a jugar con su pala de 2023, algo que no había hecho desde hacía tiempo por sus problemas físicos) y que gracias a ello pudo dominar con soltura y hacer cambios de dirección y velocidad, haciéndose amo y señor de la pista desde su esquina.
Así, romperían la igualdad y conseguirían el 6-3 y 6-4 para de nuevo reinar en un torneo y apretar el ranking más si cabe de cara al desenlace del año. No ganaron ni los nº1 ni los nº2 y todo queda muy abierto y con muy pocas citas por delante. Cuarto título del año para seguir diciendo »estamos aquí y no vamos a bajar los brazos».