La puesta en escena de Agustín ‘El Loco’ Torre y Pablo Nicolás Egea en este Adidas Panamá Open está siendo de sobresaliente, inesperada pero excelsa, y no se les puede poner un solo pero.
Pocos o prácticamente nadie contaba con ellos teniendo en cuenta que conformaban una dupla de circunstancias ante la ausencia por paternidad de Diego Ramos y que por el camino tenían unas cuantas dificultades, ya desde primera ronda.
Superaron en 1/16 un choque con un complicado primer set, en octavos tuvieron que remontar para respirar algo más tranquilos en cuartos, pero en semis, llegaba su gran momento.
Ante Juan Ignacio De Pascual y Gonzalo G. Alfonso empezaban con todo en contra, recibiendo un baño de realidad y un parcial muy abultado (2-6) que a cualquier otro le hubiese supuesto bajar los brazos, pero no a Torre, que insufló de su carácter guerrero a Egea para venirse arriba y modificar su puesta en escena. Aguantaron como pudieron en el segundo, subiendo intensidad y acierto y obligando a De Pascual y Alfonso a llegar al tie break y ahí apuntillando la eliminatoria para conseguir, contra pronóstico, empatarla (7-6).
En el decisivo llegaría su explosión total, la locura de Torre acompañada de un guerrero que no dejó de correr y pelear para llegar a todo y ofrecer un espectáculo tremendo en la pista. El público veía cómo la eliminatoria se les escapaba a los favoritos de las manos con el paso de los juegos, pues los breaks caían solo del lado de Pablo y Agus. Un excelente cierre de fiesta con un 2-6, 7-6 y 6-1 para coger cita en la final y avisar a sus rivales de que no será fácil ganarles.
Sus oponentes no serán otros que los nº1, Franco Dal Bianco y Maxi Arce, que siguen queriendo demostrar que el tropiezo del anterior torneo fue precisamente eso, un tropiezo, una mera anécdota, y que les ha hecho volver más fuertes.
En su eliminatoria frente a Maxi Sánchez y Fede Chiostri fueron muy superiores y ya en la primera manga abrieron pronto distancias a base de pegada y manejo del partido en una actuación muy buena en la que encadenaron en varias ocasiones minutos de soltura total (6-3).
La segunda fue algo más complicada de tragar y no pudieron desbocarse tan fácilmente, teniendo que llegar hasta el último tramo con Sánchez y Chiostri agarrados a sus espaldas y pudiendo abrir brecha tras haber superado el décimo juego, evitando por los pelos un tie break que hubiese resultado una suerte dispar y quién sabe si la celebración de un tercer set (6-3 y 7-5).
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