Teníamos un duelo de altura, y no solo por los centímetros de los cuatro jugadores, sino por la potencia que destilan y porque se enfrentaban los dos más laureados de la temporada con un intangible que ya comentábamos tras las semifinales: el poder del empuje del público.
Arturo Coello y Agustín Tapia debían luchar no solo contra Juan Tello y Álex Ruiz, sino también contra el efecto de la grada, que lógicamente animaba a su héroe local, Ruiz, hinchado mentalmente más que nunca ante la posibilidad de poder lograr un título ante los suyos.
En ese juego físico y mental se arrancó el choque, el cual tuvo, tanto en la primera manga como en la segunda, una línea muy fina entre vencedores y vencidos, pues en el set inicial no sería hasta el sexto juego cuando los líderes del ranking fueron capaces de soltar amarras y meterle fantasía al encuentro. Break para ponerse por delante contestado con un contrabreak de Ruiz y Tello y, justo después, otro recontrabreak con punto de oro que se apropiaban con un remate paralelo de Tapia al que ‘El Gato’ no llegaba por milímetros. Juego y primer paso dado (7-5).
De nuevo, cual si se tratara de un traje a medida, ajuste perfecto en el segundo, sin ninguna pareja capaz de abrir brecha y manejar el rumbo con soltura, esta vez más lejos incluso con la paridad, llegando al undécimo con todo igualado (5-5) y forzando posteriormente el tie break (6-6).
Ahí sí que aparecería la mejor versión de Agus y Arturo, especialmente de este tapando los huecos que dejaba el genio argentino, más justo en lo físico y sin su actividad y energía habituales; se le nota desde hace varios torneos al de Catamarca que necesita parar y recuperar fuerzas, que los finales de partido, más si son apretados, le están costando y se le hacen cuesta arriba, si bien los termina sacando más con cabeza y corazón que con piernas.
Y así sacó este, junto a Coello, proponiendo pólvora en el tie break para finalizar la batalla restando, rematando Tello y, en el vuelo de vuelta de la pelota, atrapándola el vallisoletano y sacándola por cuatro de revés, mientras Tapia (tres años seguidos llevándose título en Málaga) jadeaba y resoplaba por el esfuerzo (7-5 y 7-6). Aplauso enorme, eso sí, para los subcampeones, más que merecido, por su grandísimo torneo y por haber peleado todo de principio a fin.
Décimo título para ellos en World Padel Tour, sumado a los dos de Premier Padel (Roma y Madrid) en una temporada excelsa que ahora viaja a Argentina para el Premier Pade de Mendoza y que justo después pondrá un punto y aparte para recuperar fuelle y volver en septiembre con las pilas a tope y nuevas ciudades por conquistar.
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