Para tener más igualdad todavía en la gran final masculina, la que todos los aficionados deseaban, la que todo el mundo pedía, las dos parejas ganadoras han llegado por la misma vía. Mismo resultado para tener el mismo desgaste, ante dos duplas que les intentaron »meter mano» pero que únicamente consiguieron perturbarles lo justo.
Tendremos, tras mucho tiempo de ausencia, un duelo en la cumbre, en lo más alto del pádel mundial masculino, con Juan Lebrón y Ale Galán acudiendo a su cita tras siete torneos fuera y con un inicio de temporada muy malo para sus intereses, viéndose ante Arturo Coello y Agustín Tapia, dos chicos que han puesto patas arriba el panorama pádel con un triunfo tras otro, convirtiéndose ya en los nº1 de la Race 2023 y que, de ganar, coparían también el trono general, pues están a solo 165 puntos de diferencia.
Cogieron vez en el duelo decisivo primero el madrileño y el andaluz al dejar fuera de la ecuación a ‘Momo’ Gonzáez y ‘Sanyo’ Gutiérrez, un duelo de talento puro en el drive y pegada infinita en el revés. Así, con esos ingredientes, caminarían los cuatro sin llegar a distanciarse en el luminoso hasta que comenzó el noveno juego (4-4), momento en que Lebrón y Galán eligieron dar un paso al frente y romper la paridad, confirmando luego su rotura al salvaguardar su servicio y poner la primera piedra de su billete al domingo (6-4).
El segundo se mantuvo son la misma sinergia e inercia pero sería en el séptimo juego cuando los de Mariano Amat quebraron y no cedieron ya después la ventaja; lo intentaron de todas las maneras posibles tanto ‘Momo’ como ‘Sanyo’, con globos pinchados, cambios de dirección y ritmo, devoluciones por debajo de las piernas, salidas de pista…pero todo en vano. Lebrón y Galán, a pesar de los problemas físicos y de la inactividad que venían arrastrando, conquistaban una nueva final (6-4 y 6-4) y avisaban que lo pelearían todo.
Su evolución o versión 2.0, Coello y Tapia, se reunirían con ellos más tarde, cuando consiguieron imponerse a Franco Stupaczuk y Martín Di Nenno, con quienes se veían de nuevo aunque esta vez no en una final. Muestra de que se conocen y se tienen muy estudiados es que no sería hasta el quinto juego y con un trabajo portentoso de Stupa y Di Nenno cuando llegaría la primera rotura, en favor de los argentinos, para ponerse por delante (3-2), pero respondían Tapia y Coello en el octavo para ponerlo todo como al principio (4-4).
El español y el argentino aprovecharían entonces su mayor envergadura para cerrar todos los huecos y para obligar a que les jugaran muy finos con los globos, pues abarcan mucho espacio y, subidos encima de la red, descerrajaban cualquier pelota que les llegaba. Así llegaría su rotura en el décimo juego, con un punto de oro, para sentenciar la primera manga (4-6).
La igualdad se mantuvo en el segundo, esta vez hasta el octavo juego y otra vez con los de Gustavo Pratto apretando en ese momento tan puntual, haciendo suyo el juego y rompiendo la cadencia que traía el partido; se pusieron 4-5 y con el marcador bien amarrado sellaban el triunfo y una nueva final, esta vez ante sus »archienemigos» (4-6 y 4-6).
Por mucho que asegurasen en la entrevista postpartido que saldrán este domingo a divertirse independientemente del resultado final y que no piensan en el nº1 sino en seguir aprendiendo, Arturo Coello y Agustín Tapia lo tocan ya con las yemas de los dedos. Puede que sea en Vigo o en otro torneo pero llegará más pronto que tarde. Lo que está claro es que el duelo de este domingo promete y será para recordar. ¿Habrá traspaso de corona?
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