Dos semifinales totalmente opuestas, con ingredientes y resolución muy diferentes nos permitirán, sin embargo, ver el duelo más clásico de la historia del pádel femenino, o al menos uno de los que más veces se ha repetido en este deporte.
Parece impensable, hoy por hoy, ver una final sin estas cuatro contendientes, si bien es cierto que dos de ellas tuvieron que trabajar más de la cuenta teniendo presente cómo venían compitiendo en sus últimas eliminatorias.
Alejandra Salazar y Gemma Triay se vieron bastante sorprendidas en el inicio por Delfi Brea y Bea González, una pareja que ha empastado a la perfección y que pese a la ausencia por lesión de Delfi en la cita de Alicante, han vuelto con mucha fuerza. Lo han demostrado con un juego sin remordimientos ni medias tintas, un todo o nada con el que consiguieron sumar al mismo ritmo que una pareja acostumbrada a hacerlo con suficiencia pero que se encontró con la misma producción al otro lado y también con una buena defensa.
Les causaban problemas la argentina y la andaluza a Ale y Gemma, tantos que aunque llegaron empatadas al 4-4, se hacían fuertes desde el resto con un break y conservando luego su saque para marcarse un 6-4 y encender las alarmas.
Sin embargo, a partir de la reanudación, Salazar y Triay mutaron totalmente, fueron otras jugadoras y exhibieron un nivel mucho más alto, tirando de contundencia y una mayor decisión en sus golpes, sin apenas conceder opciones de que les robasen otra vez el servicio mientras que ellas, con un 0-3 de inicio y otra rotura posterior, ponían una ventaja insalvable (2-6).
El tercero caminó por los mismos derroteros a pesar de que Delfi y bea fueron esta vez sí, capaces de aguantar algo más, al menos hasta el cuarto juego (2-2), pero en ese momento volvieron a subir la madrileña y la balear las revoluciones para abrir una pequeña ventaja (4-2) y terminar por decidir la eliminatoria a su favor con un 6-4, 2-6 y 3-6.
La otra eliminatoria, con Ari Sánchez y Paula Josemaría, apenas tuvo excesivo desgaste para ellas, pues Martita Ortega y Sofia Araújo no supieron o no pudieron contrarrestar el poderío de las números 1. Ari y Paula iniciaron su búsqueda del billete a la final con un 2-0 de inicio que, aunque fue contestado (2-2) y mantuvo las tablas hasta el décimo juego, se acabaría convirtiendo en un break y un servicio asegurado para el 6-4 de la primera manga.
Ya en la segunda, la resistencia de la madrileña y la portuguesa se acabó demasiado pronto pues con una versión sobresaliente de unas y otra demasiado errática para las oponentes, Josemaría y Sánchez pondrían rápidamente el punto final al encuentro (6-4 y 6-1).
Vuelve el derbi, el clásico, el partido de los partidos, no importa la denominación, sino lo que hay en juego, una batalla de campeonas, egos y clasificación, un choque eterno que seguro nos volverá a dejar detalles tácticos más que interesantes y también novedades en el juego que habrá que estudiar muy de cerca.
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