Victoria por aplastamiento. Ese podría ser el resumen del duelo entre Franco Stupaczuk y Martín Di Nenno ante Arturo Coello y Agustín Tapia. En el choque de candidatos al trono serían dos de ellos, Coello y Tapia, los que desplegarían un nivel estratosférico.
Nada de medias tintas, nada de conformarse con jugar al ‘tran-tran’ y encomendarse a la fortuna. Había que arrollar y mandar un serio aviso, y lo hicieron.
Arturo Coello y Agustín Tapia vencieron con un soberbio 2-6 y 1-6 que dejó un sabor agridulce en los aficionados, pues no hubo casi final, toda vez que los chicos de Gustavo Pratto irrumpieron como un panzer y empezaron a avanzar sin freno. Del 0-0 pasarían al 0-4 y solo entonces permitían que los dos argentinos subieran algo a su marcador (2-4). Demasiado tarde si se tiene delante una pareja que trituraba y aplastaba cada bola, que corría (y llegaba) a todos los lados de la pista y que cometía muy pocos errores.
En el segundo, los de Carlos Pozzoni lograron fabricar su primer juego mucho antes, con el 1-2, pero desgraciadamente, sería el único que consiguieron, porque el argentino y el vallisoletano volvieron a ser una apisonadora. Si atacaban bien, defendían aún mejor, bloqueando en la red todo lo que les tiraban, alcanzando las dejadas y los remates, las víboras de Di Nenno y a su vez, contragolpeando con furia y precisión. Eran dos pero parecían uno solo, moviéndose al mismo ritmo, tocando la misma melodía y convirtiendo en buena cualquier bola que pasaba por sus inmediaciones.
Una hora escasa duró el partido, una hora de espectáculo de una pareja que mira ya, sí o sí, a su siguiente objetivo tras el parón: seguir recortando puntos y cabalgando desbocados hacia el puesto de Galán y Lebrón. Todavía les queda un trecho, pero van a paso muy firme.
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