El inicio de este descafeinado Paraguay Open fue, como el torneo, sin excesivos alicientes teniendo en cuenta que salvo en un partido en el que regresaban dos argentinos que habían causado sensación, el resto se definió sin contratiempos.
Por otro lado, hubo que lamentar una baja por lesión que incluso dejó un partido incompleto y que obligó a José Rico y Salva Oria a retirarse, deseándoles una pronta recuperación.
Edu Alonso y Juanlu Esbri debutaron como dos fórmulas 1, corriendo y sentenciando el partido de manera express ante Simon Vasquez y Jaime Menéndez, a los que mandaron de vuelta al hotel sin apenas haber entrado en calor en el partido, pues con un 6-3 y 6-2 que no llegó a la hora de juego, ya tenían el pase a octavos en sus manos.
Algo más de pelea, aunque tampoco mucho más, ofrecieron Antón Sans y Teo Zapata ante Javier Glez. Barahona y Javier Gª Mora, quienes no obstante hicieron valer toda su calidad para abrir brecha en el luminoso (más en la primera manga) y hacerse con una victoria muy importante ante rivales director (3-6 y 4-6). Salva Oria y José Rico solo aguantaron sobre el 20×10 un set, teniendo que retirarse por lesión y dejando en bandeja el triunfo a Jaime Muñoz e Ignacio Vilariño, quienes habían sufrido lo indecible para cerrar la primera manga (6-7 y retirada por lesión).
En su reencuentro como pareja, los jóvenes Valentino Libaak y Leo Augsburger tuvieron un inicio bastante complicado. No les ue fácil hacerse con el dominio del encuentro ante Pablo Castillo y Daniel Bressel, quienes le pusieron ganas y pelea. Fue un partido de mucha emoción y con mucha intensidad por parte de los cuatro, en el que apenas hubo diferencias a lo largo de los sets y que concluyó con buenas noticias para Tino y Leo (7-5 y 7-6) aunque, eso sí, suspirando y con tensión hasta el último punto.
Para terminar, decir que Enrique Goenaga y Jairo José Bautista cumplieron con nota en el inicio; sin aparentes problemas, fueron poco a poco haciéndose con el control del duelo ante Exequiel Mouriño y Álvaro López, a quienes obligaron más a defender que a atacar y no dejaron casi hacer su juego. Enrique y Jairo José se mostraron muy solventes en la ejecución y con tiros siempre con mordiente se llevaron el choque con un 6-1 y 6-3.
Los comentarios están cerrados.