Toca hablar con un representante de pádel internacional, con el objeto de conocer también cómo se vive el pádel fuera y cómo lo ven los medios más allá de nuestras fronteras.
Queremos agradecer la colaboración de Filip Björne, del diario Padel Alto, uno de los más consolidados a nivel europeo y mundial, por prestarse a dejarnos su valoración de la temporada 2022 en la que, ante todo, ha querido destacar, por un lado, el enorme crecimiento del deporte de la pala gracias a eventos como los que tuvieron lugar en Italia o Francia, pero también la falta de sinergías, de colaboración y de organización de torneos como el Mundial de Pádel, que debería ser el escaparate máximo de nuestro deporte y que, como sabéis, cambió de sede a un mes escaso de celebrarse.
Estos y otros detalles nos los deja Filip Björne en su columna e opinión. Aquí la tienes:
Las rencillas entre Premier Padel/FIP y World Padel Tour están perjudicando al deporte. Este año muchos artículos han sido sobre abogados, demandas y exabruptos de los diferentes jugadores. En lugar de perder energías en esto, deberían sentarse juntos y centrarse en cómo este joven deporte puede crecer.
Conseguir que este deporte se convierta en olímpico debería ser la prioridad de todos, pero en este momento, en mi opinión, estamos muy lejos de ello por falta de organización.
Algunos cambios que me gustaría ver son una clasificación común para todos los circuitos, en la que sea opcional para el jugador y el equipo decidir en qué torneo competir; en la actualidad es difícil ver esta posibilidad con disputas entre los mejores jugadores.
Otro cambio que me gustaría ver ya para la próxima temporada es la regulación del intercambio de parejas. ¿Cómo vamos a crear afición por un equipo, aficionados y una rivalidad en torno a los partidos si cambias de pareja después de dos torneos?
El año que viene voto por probar cómo funcionaría una ventana de traspasos o, alternativamente, una clasificación conjunta por equipos que te lleve como equipo al Master Final (en lugar de como ahora, la clasificación individual). Esto último haría que los jugadores lo piensen más a la hora de cambiar de pareja y, por tanto, serían más pacientes con los proyectos deportivos.
Más concretamente sobre la temporada que acabamos de dejar atrás, creo que lo peor ha sido la actuación de la FIP en el Mundial. En primer lugar, la planificación previa, cambiando el país anfitrión un mes antes del campeonato. El hecho de que el campeonato se celebre en un país que no respeta los derechos humanos, como la Copa del Mundo en fútbol, y que estuviera previsto que se celebrara en el mismo país que la última Copa del Mundo.
Entiendo que es una situación difícil cuando se mueve el campeonato en el último momento, pero para qué invitar a un decimoséptimo equipo que no se clasificó allí, y terminar en un grupo de cinco equipos, es un sinsentido. En mi opinión, la forma en que se ha manejado esa situación es señal de que el deporte es aún joven y de que la organización que lo rodea debe mejorar.
También y la ultima, el calendario apretado para los jugadores, fue un milagro que no hubiera más lesionados.
Lo mejor de la temporada es el interés que despierta el hecho de que se hayan disputado torneos en lugares como el Foro Itálico y Roland Garros. Durante la temporada se han batido récords de audiencia y se ha despertado un mayor interés por este deporte en general, y la tendencia continúa.
En Padel Alto hemos notado que hay más público de habla inglesa que antes y creo que eso es un factor muy importante, ya que el pádel se ha acercado a lugares como estos. Así como el interés que se generó cuando, por ejemplo, el World Padel Tour fue a lugares como Países Bajos. Yo mismo asistí a ese torneo y me sorprendió el interés.
El deporte se está profesionalizando, tanto para los jugadores como desde el punto de vista organizativo. Aunque hay muchas cosas en las que trabajar.
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