La final del Milano Premier Padel P1 fue todo un éxito de convocatoria. El público abarrotó el escenario de la pista central italiana y respondió a las expectativas de lo que había en juego: una final, un título, el último de la temporada inaugural de Premier Padel.
Este nuevo circuito, obra de la Federación Internacional de Pádel y el conglomerado QSI (Qatar Sports Investments), vistió sus mejores galas en lo que era su última puesta de largo en 2022, pues sabía que muchas miradas estaban puestas en él tras los problemas que hubo en Giza y los contratiempos por las lluvias de Monterrey.
Esta vez, sin embargo, el listón volvió a subir, si bien la final, en la que había cuatro enormes jugadores que habían llegado por méritos propios, cada uno de ellos con un caminar muy diferente, apenas tuvo pelea, pues una de las parejas dominó y arrolló. Hablamos de la formada por Alejandro Galán y Juan Lebrón, quienes sorprendieron en el inicio, en el medio y al final a Víctor Ruiz y Lucas Bergamini, más mermados físicamente por el cansancio acumulado, la falta de costumbre de llegar hasta instancias tan altas y con las piernas bastante cargadas, a pesar de que a ilusión no les ganaba nadie.
Pero esta vez la ilusión no fue suficiente, pues el »modo apisonadora» de Galán y Lebrón hizo mella desde el inicio, cuando el gaditano avisó con un remate inapelable al que Víctor Ruiz no llegó en el retorno de la bola: »habéis venido a sufrir porque queremos el título», parecía decir, y lo pusieron en práctica a rajatabla.
Punto a punto, la cadencia mostrada, la seriedad y la contundencia les hicieron irse hacia arriba sin pararse un solo instante, jugando tanto puntos rápidos como lentos, remates, cambios de dirección, salidas de pista, globos muy ajustados, voleas con mucho peso…un recital al que Ruiz y Bergamini asistieron en primera persona y en el que poca contestación pudieron dar.
De hecho, el partido se terminó antes de los previsto, durando apenas una hora, pues con un doble 6-2, el binomio español alzó los brazos al cielo y se convirtió en triunfador absoluto, en ganadores de la cita italiana en medio de los aplausos, el confeti y el abrazo con su entrenador, Mariano Amat.
El dato que arrojan tras el torneo es más que claro: Galán y Lebrón han estado presentes en seis de las ocho finales que ha habido durante el año y de esas seis, se han llevado cuatro títulos. Su rendimiento y mandato en tandas largas es inapelable, más allá de que puedan tener algún tropiezo puntual, basan su éxito en la regularidad y para 2023 volverá a haber cambios para intentar evitarlo, pero ellos siguen, y siguen, y siguen.
Su físico, su repertorio de recursos y capacidad de adaptación a rivales y pistas hacen de ellos una maquinaria casi perfecta. Les queda el Master Final de World Padel Tour pero su temporada ya es de sobresaliente. ¿Podrá pararles algien?
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