El idilio de Alejandra Salazar y Gemma Triay con las finales y los títulos continúa, y más aún, en su pelea particular con las líderes del ranking, Ari Sánchez y Paula Josemaría. Porque ambas se volvían a ver este año en un duelo ya clásico, demasiado recurrente (llevan viéndose las caras 13 partidos) pero que tiene unas estadísticas más que favorables a las primeras.
Y es que, especialmente desde que consiguieran el nº1 Ari y Paula, estas no han sido capaces de superar el crecimiento de sus máximas rivales.
Cierto es que las cuatro siguen copando las finales y peleando torneo tras torneo, pero la mejora en los resultados y la inercia que ahora mismo tienen la madrileña y la menorquina son superiores, y buena prueba de ello es que les ganaron tanto en Malmo como en Menorca y Santander (además de que en la final de Amsterdam igualmente cayeron frente a Martita Ortega y Bea González). De hecho, Ari y Paula llevan desde septiembre sin tocar metal, algo que para unas nº1 es, sin duda, un gran bache más allá de hacer finales.
Pero volviendo al partido y dejando de lado el tema estadístico, mencionar que el duelo entre estas cuatro colosas comenzó muy igualado, como se hacía presuponer por la calidad de ambas, manteniéndose juntas al paso por el cuarto juego (2-2) hasta que, en el quinto, Ale y Gemma decidían romper con todo y venirse arriba. Break y pasito al frente.
Ese golpe lo acusaron las nº1, que estuvieron muy cerca de volver a perder su siguiente saque (lo ganaron in extremis en el punto de oro) si bien ya serían incapaces de fabricarse más juegos y se frenaron, mientras que las rivales fueron directas a por el set con un juego muy solvente desde la red, atacando constantemente con las voleas de Alejandra (3-6).
El comienzo en la reanudación fue el mismo, midiéndose pelota a pelota en los primeros intercambios hasta que entraron en acción. Ahora llegaría el break de Josemaría y Sánchez para ponerse por delante, pero fueron contestadas inmediatamente por las de Rodri Ovide con un contrabreak para vivir unos minutos de montaña rusa sin dominadoras claras hasta el décimo juego (5-5).
Viendo que ya ninguna lograba despegarse, acudieron al tie break en el que Gemma Triay y Ale Salazar iban a ser mejores y a llegar primero a la meta con un minibreak (5-7).
Así, con un 3-6 y 6-7, Alejandra y Gemma entonaban su ranchera particular, vistiéndose de mariachis en la tierra que vio nacer el pádel. Un título más (el nº 48 para la madrileña) y otro mordisco más al ranking. Tremendo su final de campaña.
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