Padel Spain .- Tal y como nos comentan desde la Asociación Pádel Para Todos, Lara había escrito algunos correos electrónicos a la jugadora malagueña, en la que le contaba que era su ídolo y que tenía muchas ganas de jugar alguna vez con ella. Sin ninguna duda, lo que menos se podía esperar era que llegase ese día en el que se encontraría con Carolina dentro de su escuela.
El encuentro entre Navarro y Lara estuvo cargado de emoción y ambas se fundieron en un largo abrazo. Fue el inicio de un día inolvidable para la alumna de Aspado, que pudo intercambiar algunas bolas con una de las mejores jugadoras de la historia del pádel. A su vez, habría que destacar que la andaluza también ayudó al resto de alumnos de la escuela de adultos de Aspado a desarrollar sus ejercicios y se volcó con todos ellos.
Ésta no es la primera vez que Carolina visita alguna de las escuelas de pádel adaptado de Aspado, entidad no lucrativa presidida por la ex juez árbitro internacional Kiki de la Rocha. La número uno mundial participa de manera habitual en actividades de pádel inclusivo con alumnos de la asociación y muestra con frecuencia su cara más solidaria, ofreciendo parte de su tiempo de entrenamiento a jugar con ellos.
Muy emocionada por haber hecho feliz a Lara, la andaluza confesó: «Éste ha sido uno de esos días que nunca olvidaré, de esos días que das pero recibes más aún… Y no hablo en el sentido material. Sin darme cuenta, algo tan insignificante como ir a ver a Lara y jugar con ella al pádel pudo hacerla tan inmensamente feliz y olvidarse de todo… Su sonrisa, el brillo de sus ojos y cómo me hablaba diciéndome una palabra detrás de la otra hizo que me diera cuenta de las cosas que realmente son importantes en esta vida. Vivamos intensamente, no nos quejemos por tonterías y agradezcamos lo que tenemos. Ella me ha hecho más feliz de lo que quizás he podido hacerle yo a ella. Me ha hecho valorar todo aún más. Estos chicos tienen muchísimo que enseñarnos y deberíamos fijarnos un poquito más y aprender de ellos. Gracias, Lara, y enhorabuena a Kiki y a todos los monitores de pádel adaptado que comparten todas las semanas con ellos estas vivencias indescriptibles».
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