Tendremos una oportunidad más de ver ese último baile, el de Paquito Navarro y Martín Di Nenno, que no parecen querer despedirse como pareja, realizando un enorme partido en semis que ha recordado al de sus mejores actuaciones el pasado año. Eso sí, los rivales que tendrán enfrente llegan con la moral por las nubes.
Se veían las caras dos de las parejas más en forma de la competición, Alejandro Galán y Juan Lebrón, los nº1, con Arturo Coello y Fernando Belasteguín, quienes están viviendo un mes septiembre y comienzo de octubre fantástico. Un choque de inercias que, no obstante, llevaba un 5-1 favorable a los primeros en los cara a cara.
Eso no fue obstáculo para que el argentino y el vallisoletano se pusieran por delante prácticamente desde el comienzo, acumulando un juego preciso y efectivo que se transformó en un 1-3 que les daba mucho aire y margen de maniobra si tenemos en cuenta quiénes estaban delante. Coello volaba y Bela…es Bela, poco más hay que decir, de nuevo demostrando su influencia y su enorme figura de jugador ante gente a la que dobla en edad. Los dos se opusieron por completo a que Galán y Lebrón se metieran en el partido y no les dieron la más mínima concesión teniendo en cuenta que no estaban a su nivel más arrollador. No era su día, pero sí el de Arturo y Bela.
De ese 1-3 se pasó a un 2-6 que cerró el de Pehuajó con un remate por cuatro a un globo corto de Lebrón. El primer paso estaba dado, pero querían más.
Ese golpe escoció los ánimos de Alejandro y Juan, que querían dominar como en tantas y tantas ocasiones, darle la vuelta al luminoso y sobre todo, volver a sentirse cómodos en el rectángulo azul, pero no consiguieron ninguno de estos objetivos. Varios breaks hicieron que el partido se volviera loco por momentos hasta que, en el séptimo juego, los de Gustavo Pratto rompían el servicio de los españoles, respondiendo estos acto seguido y sin esperar más tiempo, pero no ue suficiente reacción. Volvió a aparecer el eterno argentino para ser él quien apagase todas las ilusiones de los de Mariano Amat, esta vez con su saque y con una volea de revés paralela al fondo de la pista que no llegó a recuperar el gaditano Lebrón (2-6 y 4-6).
Los rivales que tendrán este domingo, no obstante, llegan tras un cambio radical en su forma de jugar (quizá no por táctica pero sí por entrega y mentalidad), tremendamente reforzados y quizá también más sueltos que nunca, pues ahora no juegan con la presión del ranking ni de los resultados, solo con la idea de disfrutar ellos mismos y hacer disfrutar al público. Viven Navarro y Di Nenno su último baile, el último valls.
Con esa soltura que mencionamos zarandearon y de qué manera a ‘Sanyo’ Gutiérrez y Agustín Tapia, una pareja que está en la misma situación de despedida que ellos pero mental y físicamente en el lado contrario. El dueto hispanoargentino barrió por completo a los de Claudio Gilardoni, a los que se vio sin fuelle, sin chispa, sin energía, sin respuesta al vendaval de pádel que Paquito con sus bandejas y víboras y Martín con sus voleas proponían. El yin y el yang, dos polos totalmente opuestos que dejaron imágenes bien diferentes durante el partido: unos apretaban, corrían y luchaban y los otros, por momentos, se limitaban a ver la bola pasar, como sin sangre, por simple inercia.
De ahí que el 1-6 y 1-6 resultase más que significativo. Paquito y Martín todavía tienen una bala más, la opción de despedirse por todo lo alto como pareja, con un título bajo el brazo, la opción de realizar el baile nupcial un domingo ante muchísimos espectadores, algo que intentarán evitar el viejo rockero Bela y Coello, poniéndole rock and roll a la melodía.
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