Ya avisamos en la previa que Martita Ortega y Bea González habían dado un paso adelante mentalmente hablando muy grande. A pesar de su juventud, ya no se sentían inferiores a ninguna pareja, sabían que podían ganar a cualquiera y ya lo demostraron superando dos rondas que se les pusieron muy cuesta arriba.
Primero remontando ante Jessica Castelló y Alix Collombon (7-6, 1-6 y 3-6) y luego peleando de tú a tú a Mapi y Majo Sánchez Alayeto (4-6, 6-4 y 2-6), pero es que ahora han hecho la más difícil todavía, imponerse a Alejandra Salazar y Gemma Triay.
Dieron un aviso nada más comenzar con una dejada de Bea González a la que no pudo llegar Salazar, »estoy con la muñeca caliente» parecía decir la andaluza, y vaya si lo estaba. Acto seguido, en el tercer juego, les romperían el servicio para lograr empatar a dos la contienda y recuperar el break sufrido.
Romperían las nº1 en el siguiente (3-2) para volver a sufrir el recontrabreak en el octavo (4-4); momento de tensión al acercarse el final del set y no haber distancia en el luminoso pero entonces, en el undécimo juego con servicio para la madrileña y la menorquina y un 5-6 en el marcador y 0-40, Bea González se sacó una bajada de pared mágica, ajustada al ángulo contrario, a la que no pudo llegar Triay por mucho que se estiró. Público en pie y 5-7 para ellas.
En el segundo, Martita y Bea siguieron tirando con dinamita, aprovechando cada globo corto y cada pequeño error de las rivales para descerrajar la bola y apretar. Así, llegaron a estar 1-3 y luego 3-5 (40-30), a solo dos puntos de conseguir el segundo set, pero una reacción sublime de las chicas de Rodri Ovide puso el partido patas arriba. Forzaron la máquina y no solo recuperaron la deventaja, sino que se pusieron por delante y cual cohetes, terminaron por asegurarse el set para sus intereses cuando se las prometían felices las de Maxi Grabiel (7-5).
Les dio alas esa igualada a Salazar y Triay, pues comenzaron el tercer envite con break a favor y asegurando luego su saque (2-0), una ventaja que fueron conservando todo el parcial (3-2, 5-3) para llegar hasta tener bola de partido en el décimo juego (5-4). Pero ahora serían la madrileña y la malagueña las que, en un golpe de rabia, le darían la vuelta a todo viendo que no eran capaces de aprovecharlo. Se marcharon al tie break y allí, Ortega y González fueron dinamita pura, dejando solo dos puntos para Ale y Gemma. Un definitivo 5-7, 7-5 y 6-7 subía al marcador y llenaba de alegría a las dos jóvenes jugadoras tras más de tres horas en pista.
En la otra semifinal, las contendientes eran Lucía Sainz y Marta Marrero por un lado, y Ari Sánchez y Paula Josemaría por el otro.
El primer set apenas tuvo historia, pues las cabezas de serie nº2 desarbolaron toda la defensa planeada de Lucía y Marta a base de golpes potentes, magia y mucha muñeca suelta. Apenas duró este parcial media hora, pues Ari y Paula se cargaron la mochila de puntos hasta conseguir un 1-6 más que rotundo.
Pero claro, Marrero y Sainz no son de las que se dan por vencidas y salieron enrabietadas al segundo set. Ahora sí mostraron los ingredientes que les habían llevado hasta allí y mucho más juntas, ordenadas y serias desde el fondo, lograron aguantar el empuje y salir también de vez en cuando, viendo la luz a base de muchos más puntos y pelea.
El partido discurrió mucho más igualado, sin las lagunas en defensa de antes y pegándose en ambos lados de la pista, lo que les fue sumando juegos hasta casi rozar el tie break. Un arreón final de Josemaría y Sánchez fue la única nota discordante y la que significó, a la postre, el desequilibrio para poner el 1-6 y 5-7 que les daba acceso a otra final.
Este domingo, a partir de las 10 de la mañana, habrá duelo de excompañeras, pues se verán las caras por el título de Cascais, Martita Ortega y Bea González ante Ari Sánchez y Paula Josemaría.
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