De los cuatro partidos que se dieron en la Veneto Padel Cup en esta ronda de semifinales, solo uno, en cierta medida, tuvo algo de pelea y de igualdad, pues los otros tres restantes caminaron siempre bajo la batuta de una de las parejas, las teóricamente favoritas por ranking y nombre, que establecieron unas líneas que solo ellas podían cruzar, unos límites que las duplas rivales no osaron rebasar en ningún momento.
Y es que cortando siempre cualquier intento de ataque, quienes conquistaron sus respectivos partidos lo hicieron con mano de hierro, siendo certeros en ataque y contundentes en defensa, totalmente expeditivos.
Hablamos primero del cuadro femenino y de ese partido que mantuvo cierta paridad en el marcador. En él se enfrentaban Teresa Navarro y Nuria Rodríguez frente a Esther Carnicero y Lucía Martínez. Como no tenían nada que perder y sí mucho que ganar, Teresa y Nuria optaron por soltarse ellas y soltar también todo su pádel en la pista, apretar y buscar en su repertorio de golpes fantasía para sorprender. Y no les fue nada mal.
En el primer parcial quizá estuvieron algo más intermitentes y fallonas, lo que castigó sus números (3-6) y sus opciones, pero en el segundo ya sí se vio una versión más mejorada, con seguridad en la toma de decisiones y con suerte y acierto, lo que elevó el nivel global del partido y casi le lleva al tie break. Al final se cerró con un 3-6 y 5-7 que propició un arreón final de Martínez y Carnicero para evitar males mayores y un desgaste extra en un posible tercer set, llegando así a su primera final juntas.
En el otro partido del cuadro, Bárbara Las Heras y Vero Virseda dieron algo más de oportunidades a Lorena Rufo y Jimena Velasco en el primer capítulo, pero como no terminaron de aprovecharlas, una vez cogieron velocidad de crucero, Virseda y Las Heras fueron un ciclón. Empezaron de menos a más para terminar dominando tanto ataque como defensa, transiciones, voleas bajas, globos, movilidad… todos los aspectos del juego, y endosando un 6-4 y 6-1 que dejaba a las dos jovencísimas jugadoras con la miel en los labios.
En lo que se refiere al cuadro masculino, se vivieron dos duelos entre viejos conocidos que, no obstante, tuvieron a una pareja como principal dominadora en cada uno de ellos.
En el primero, Ramiro Moyano y Jon Sanz intentaron pelearles a Pablo Lijó y Javi Ruiz la plaza en la final pero aquí sí se notó el mayor tiempo que llevan jugando juntos unos y otros. En el momento en que se vieron exigidos Ramiro y Jon se les notaron más las costuras que en otros duelos y no pudieron hacer frente a la mayor agresividad y potencia del gallego y el granadino. A base de pegada y pólvora les derrotaron por un contundente 2-6 y 1-6.
En el segundo de los partidos iban a encontrar un premio merecidísimo a su esfuerzo y constancia Agustín Gómez Silingo y Juan Cruz Belluati, pues lograron apagar la efervescencia de Víctor Ruiz y Lucas Bergamini con un 6- y 6-2. En poco más de una hora solventaron la igualdad que hubo hasta el ecuador de la primera manga y en cuanto cogieron dinámica, ya fueron imparables; de hecho, ese primer set conquistado les dio mucha mayor fuerza para entrar al segundo y precipitó también que el español y el brasileño no rindiesen con la misma contundencia.
Así pues, para hoy, la final será entre Agustín Gómez Silingo y Juan Cruz Belluati ante Pablo Lijó y Javi Ruiz, un España vs. Argentina en toda regla antes del Mundial.
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