Al igual que ocurriera en el apartado femenino, los chicos tuvieron el yin y el yang en semifinales, de hecho, los números fueron iguales prácticamente al 100%, un copia y pega total para calcar la misma emoción que dejaron las chicas.
Los primeros en hacer acto de aparición fueron Miguel Yanguas y ‘Coki’ Nieto, dos jóvenes que necesitan tirar para arriba y que precisan para reafirmarse de llegar a rondas importantes y pelear por metales. En Calanda de momento están cumpliendo con el guion previsto y ante Javi Leal y Javi Rico, otra dupla de excelsa calidad y recursos.
Choque con jugadores muy rápidos, ágiles y que combinan gran ataque y defensa, remate y explosividad en pista pero que, sin embargo, solo tuvo el color con el que Yanguas y Nieto decidieron pintarlo, pues aunque los primeros aguantaron los primeros compases, después la pista se inclinó totalmente en favor del andaluz y el madrileño.
Ataque total por parte de Myke y ‘Coki’, sacando a relucir todo su potencial y secando totalmente a ‘Los Javis’, que sufrían conforme pasaban los minutos y acabaron hincando la rodilla sin poder contestar nada en el segundo envite (6-3 y 6-0).
Después, Jon Sanz y Miguel Lamperti batallaron como gladiadores ante Antonio Pincho’ Fernández y José Antonio Gª Diestro en un choque titánico. Más de 2 horas 45 minutos de partido con opciones para los dos, salvadas in extremis y ninguna diferencia entre ambas parejas, que pudieron llevarse el partido y que vieron cómo Lamperti y Sanz remontaban un 4-6 inicial en el que ‘Pincho’ y Diestro se pusieron por delante y presentaron candidatura.
La enorme experiencia de Lamperti y el vivir partidos así apretados, en los que se mete al público en el bolsillo y eleva la presión, hizo el factor diferencial para conseguir que él y el navarro le diesen la vuelta con mucho sufrimiento al partido, agarrándose con la yema de los dedos a un tie break en el segundo parcial que se llevaron sobre la bocina tras tenerlo en parte perdido.
Esa victoria moral les permitió salir con fuerzas renovadas en el tercero, que volvió a ser una batalla campal de mucho desgaste, de muchos kilómetros acumulados, de picar constantemente para herir al rival y ahí, en esa estrategia, ligeramente fueron mejores por escasos detalles Lamperti y Sanz, quienes con un 4-6, 7-6 y 6-4 volvían a meterse en una final de Challenger para buscar el que sería su segundo título.
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