El Mozart original, Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart, nació en Salzburgo, y el actual, Agustín Tapia, en Catamarca, a muchos kilómetros de allí, pero ambos se unían en un solo cuerpo en Viena, en una final que ha encumbrado y elevado un poco más si cabe al »Mozart de Catamarca». Uno con el violín, el otro con la pala de pádel, pero ambos tocan una melodía que envuelve y encandila. Ambos son genios, cada uno en su apartado, y los dos estarán por siempre en la historia.
Porque si uno ya lo está en la de la música, el otro tiene todos los ingredientes para estarlo en la del pádel gracias a tardes como la de este pasado domingo, en la que junto a otro genio que se reinventa una y otra vez, ‘Sanyo’ Gutiérez, ha conseguido elevar su nombre a lo más alto de un torneo, derrotando a los todopoderosos números 1 en un partido loco, muy loco.
Tener delante a Ale Galán y Juan Lebrón no es fácil, como tampoco lo es endosarles un correctivo del nivel que lo hicieron en el primer set, donde los argentinos llegaron a estar 0-4 y con todo el viento a favor, galopando sin freno alguno, sin riendas, alocados pero enfocados en lo que estaban consiguiendo sobre la pista.
El dúo argentino comenzaba sintiéndose muy bien bajo el 20×10 y eligiendo con certeza cada golpe. ‘Sanyo’ y Tapia se multiplicaban en el tapete azul para asfixiar a los nº1 y no dejarles entrar en dinámica. Tanto es así que el break inicial que conseguirían sería una muestra de lo que tenían pensado realizar en la primera manga y que ni sus rivales ni el público esperaban. Porque del 0-0 se pasó a ese 0-4 antes mencionado que encendió todas las alarmas en el banquillo de Mariano Amat quien, incoomprensiblemente, veía cómo sus chicos lo intentaban pero nunca rascaban nada. La reacción fue mínima, pues solo les dejaron hacer un juego en todo el set y con un 1-6 se marchaban al banquillo unos a lamerse las heridas y otros a pensar en dar la puntilla.
Pero…nunca hay que dar por vencidos a una pareja como Juan y Ale. Si por algo se caracterizan es por sacar su mejor versión en el momento necesario, lo que les ha llevado a estar dos años y medio coronando la Race mundial. Iban a contratacar en la segunda manga sellando un segundo set perfecto. ¿Cómo se pudo dar ese cambio tan radical de sensaciones, de números, d ejuego? Cosas inexplicables que tiene el pádel pero que a veces ocurren. Así, del monçologo del 1-6 el choque cambió completamente de manos y, con un sinfín de golpes antológicos, bandejas imposibles, remates ajustadísimos a las esquinas y sobre todo una sensación de que los nº1 querían un nuevo título a su palmarés, mutaron Ale y Juan anotándose un 6-0.
Un asalto que tuvo de todo. Momentos para que los españoles cerrasen el partido, instantes en los que Tapia y ‘Sanyo’ estaban más fuera que dentro, pero en el pádel todo puede cambiar con tan solo una bola. Después de »perdonar» tres bolas de partido, Lebrón y Galán veían como los de Claudio Gilardoni empataban a seis para decidir el título de campeón en la muerte súbita, el tie break, juez al que de nuevo le tocaría ser protagonista de un auténtico partidazo.
Un tie break en el que un nombre sobresalió por encima del resto: Agustín Tapia. »El Mozart de Catamarca», que no había empezado la final mostrando su mejor juego, iba a redimirse para demostrar por qué es uno de los jugadores con más talento del panorama mundial.
1-6, 6-0 y 6-7 para un Tapia y un ‘Sanyo’ que iban a apuntarse la tercera corona de la temporada e iban a igualar a Paquito Navarro y Martín Di Nenno como pareja que más veces le ha ganado a Lebrón y Galán que, si no fuera por días como el de hoy, parecen invencibles.
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