Llegaba el momento en que se separan los candidatos al título del resto de contendientes y las dos parejas que salieron vencedoras en estas semifinales de Getafe demostraron su condición, por ranking y nombre, de favoritos.
Por un lado Martín Sánchez Piñeiro y Javier Martínez, quienes tuvieron que exprimir sus piernas a base de minutos en pista para dejar fuera a unos rivales muy correosos, Pablo García y Jairo Bautista. Empezaron mejor los jóvenes, bastante mejor, con una grandísima movilidad y apareciendo por todos lados, provocando desconcierto en Martín y Javi, quienes sobrevivían a base de su pegada y de encontrarse de vez en cuando con algún error de los oponentes, pero en ocasiones contadas.
Aun así, lograron llevar el desenlace del set a las estancias finales y hacer que los dueños del mismo lo lograran por escasos detalles, por esa pizca de suerte que siempre debe acompañarte.
A partir ya del segundo, metieron varias marchas más el gallego Piñeiro y su compañero y ni Jairo y Pablo les pudieron seguir. Un segundo parcial tremendo tras cambiar de dinámica y de táctica, volviéndose más incisivos y peligrosos les dio empujón y ganas para citarse en el tercero y seguir percutiendo sin parar, una y otra vez, bola tras bola, a pesar de que en ese momento los dos jóvenes volvieron a reaccionar y meterse en el partido para ofrecer un final de duelo espectacular, de tú a tú. En ese final, el ranking dictaría sentencia y la mejor inercia que traían Martín y Javier fue la base sobre la que construyeron el definitivo 4-6, 6-1 y 6-4 que les otorga su primera plaza en una final.
El segundo encuentro del cuadro serviría para devolver a la realidad los sueños de final ante su gente de Mario Huete y para despertarle de la gran ilusión que para él hubiese supuesto pelear por un título. Miguel Lamperti y Jon Sanz no dieron opción en la pista, especialmente en el primer envite, y jugaron casi a placer.
Huete y su compañero José Jiménez se hicieron arropar por los ánimos constantes del público, que intentó llevarles en volandas, pero Lamperti y Sanz estaban muy sólidos, demostrando su condición de cabezas de serie nº1 y no les dejaron conectarse del todo. Dos breaks precisos desde el resto les servirían al argentino y al español para ponerse en ventaja y no descarrilar hasta sentenciarlo (6-3).
En el segundo, más con corazón que con piernas (pues el cansancio era palpable), Huete y Jiménez salieron a por todas, a dejarse la piel y a responder a las continuas embestidas por arriba de Lamperti y Sanz; de hecho, se pusieron incluso con un 3-5 que auguraba un posible tercer set que rozaron con la punta de los dedos, pero la fortuna que en días previos les sonrió en los tie breaks, esta vez no estuvo de su lado y Miguel y Jon fueron capaces de remontarles hasta forzar el desempate donde ya fueron dueños absolutos y consiguieron la clasificación para la final (6-3 y 7-6).
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