Solo dos parejas sufrieron más de lo necesario y seguro que también más de lo que tenían estipulado en el guion de su hoja de ruta. Y es que los octavos de final fueron una especie de remanso de paz, de mar en calma en el que las grandes favoritas dominaron sin oposición y consiguieron marcadores muy amplios. Todas, menos dos.
Las primeras en salirse de la estadística fueron Mapi y Majo Sánchez Alayeto, que vieron peligrar su victoria ante Carolina Navarro y Eli Amatriain hasta que a esta le acompañó el físico, pues se tuvo que retirar lesionada cuando el choque había entregado un parcial a cada pareja.
El primer set cayó del lado de las mañas con bastantes más problemas de los esperados, toda vez que la lentitud de la pista ayudó mucho a Carol y Eli, que estuvieron muy cómodas y solo al final se vieron frenadas por el empuje de Mapi y Majo. En el segundo, la paridad se mantuvo y de nuevo un solitario break decidió a las ganadoras, que esta vez serían las de Manu Martín.
Sin embargo, al poco de empezar el tercero y con 1-0 en el marcador, Eli Amatriain decía basta, o mejor dicho, su cuerpo, pues con una lesión tenía que abandonar el choque y servir en bandeja la victoria a sus rivales (7-5, 4-6 y 1-0).
Las otras fueron Aranza Osoro y Victoria Iglesias quienes encontraron en Marta Talaván y Nuria Rodríguez unas magníficas rivales que les obligaron a remontar el partido para no llevarse el golpe de la eliminación. Las dos primeras empezaron mejor el choque, más entonadas y esas marchas de más les permitieron abrir una pequeña ventaja que sería esencial, puesto que ni Aranza ni Victoria lograron acercarse lo suficiente como para meter excesivo miedo en el cuerpo a Marta y Nuria.
Solventada la primera entrega, forzaron la máquina las de Pablo Aymá en el segundo y obtuvieron premio, pues volvieron a igualar el choque con un set, eso sí, decidido en la parte final y sin diferencias notables. Con 1-1 en el marcador total, empezó el tercero y ahí el ranking, el físico y la potencia sí que hicieron su trabajo para ampliar las diferencias a base de breaks, que caían siempre a favor del dueto hispanoargentino. Mostrando su mejor versión, Aranza y Victoria se fueron sin freno a por el partido y lo cerraron con un 6-4, 5-7 y 2-6.
El resto de partidos, como decimos, no tuvieron excesivo argumento y el ranking se limitó a dictar sentencia y a definir con claridad qué parejas obtenían el billete a cuartos.
Así, Alejandra Salazar y Gemma Triay se impusieron a Carla Mesa y Claudia Jensen por un doble 6-4, mientras que Delfi Brea y Tamara Icardo continuaron con sus buenas sensaciones en el reencuentro al vencer a Ari Cañellas y Mari Carmen Villalba por un contundente 6-2 y 6-2.
Por otro lado, Virginia Riera y Patty Llaguno imponían un severo correctivo a Sofía Saiz y Marina Martínez (6-0 y 6-1); Marta Marrero y Lucía Sainz se llevaban el duelo ante Teresa Navarro y Léa Godallier con un claro 6-3 y 6-2 y, finalmente, tanto Martita Ortega junto a Bea Gonzáez lograban llevarse sendas victorias, las primeras ante Lorena Rufo y Sofía Saiz por un doble 6-2 y las segundas ante las jovencísimas Carmen Goenaga y Bea Caldera por un doble 6-1.
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