PARTIDAZO, así, en mayúsculas. Nada que ver con lo que nos dejó la final de Miami. Esta vez la dupla nº2 respondió al desafío y ofreció una imagen bien distinta, una de garra y pelea, de esfuerzo y compromiso, aunque el resultado, desafortunadamente para ellas, volvió a ser el mismo: derrota.
Eso sí, Reus les cambió la cara por completo a Ari Sánchez y Paula Josemaría, especialmente a la primera, espoleada por la grada hasta la extenuación, para intentar llevarlas en volandas ante Gemma Triay y Alejandra Salazar. Cierto es que estas llegaban ya con un título bajo el brazo, pero también cierto es que la imagen dada en este torneo era mucho mejor para las »pequeñitas». Sin embargo, en la final las líderes de la tabla se crecieron, fueron incluso de menos a más y terminaron volando.
Empezaron las cuatro intentando dominar sobre la pista, buscando que el partido fuese a sus respectivos terrenos y mandar en el aspecto táctico; en ese ir y venir de pelota eran la madrileña y la balear las que salían mejor paradas, encontrando el beneficio del tie break y esa mínima ventaja que, si la consiguen, para ellas es un mundo y ya no logras descabalgarlas. Ya por delante, se fueron directas a por la consecución del primer envite (6-3).
Tenían que responder Josemaría y Sánchez y lo hicieron, quizá más por inercia y por honra que por convicción, pues el segundo set fue un combate total, a tumba abierta, en el que las cuatro pegaron todo lo que quisieron y en el que dos breaks permitieron sacar la cabeza a flote y respirar a la extremeña y a la catalana cuando ya todo parecía perdido y Ale y Gemma acariciaban el título. Esas dos roturas hicieron que se llegara al tie break y que allí pudieron salir victoriosas y alargar el partido.
Con un set para cada pareja, en el tercero las pupilas de Rodri Ovide fueron dos huracanes sin freno, rompiendo desde el inicio toda opción de remontada y yéndose directas a por el set. Punto a punto, juego a juego, ganaban en confianza y en distancia hasta que, cuando el reloj se acercaba a las tres horas de choque, cerraron con un amplio 6-1 el tercero (6-3, 6-7 y 6-1), colocándose como bicampeonas esta temporada.
Dos de dos para Ale y Gemma, que empiezan el año como lo terminaron, con mano de hierro y con la sensación de que, para vencerlas, hay que hacerlo mejor que bien.
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