Llegaba el día esperado por todos en tierras estadounidenses. Se disputaba la final del primer torneo en el circuito de World Padel Tour este año, el Miami Padel Open, y lo hacía con un duelo inédito en el Island Gardens, poniendo frente a frente a Javi Garrido y Lucas Campagnolo por un lado, y, por el otro, a Fernando Belasteguín y Arturo Coello.
La sorpresa contra la consistencia, la ilusión total contra la confirmación de una pareja que sabe que este año puede (y debe) rascar muchos puntos y pelear por el podio del ranking.
El partido comenzaba respondiendo a las expectativas. La bola seguía saliendo igual de rápida que estos días atrás, pero esta vez con la incorporación al partido de dos grandes pegadores en pista como son Garrido y Coello (tres si sumamos a Campagnolo, quien en la parte final del choque se desató en esta virtud) para desplegar todo su arsenal ofensivo.
Muy convincentes y sólidos se plantaban la pareja hispano-argentina para rápidamente coger las riendas de la primera manga. No era fácil porque el partido tenía una velocidad de vértigo y los puntos apenas tardaban segundos en solucionarse y ese ritmo se le suele atragantar a Bela, que prefiere pausar más el partido y jugar con otro tempo.
En el séptimo juego llegaba el break. ‘El Rey’ y su pupilo apretaban para mantener esa diferencia hasta el cierre ya del primer set, lo que significaba el 6-3.
Campagnolo y Garrido no estaban sintiéndose igual de cómodos que días antes, quizá también por el cansancio acumulado; venían de doblegar a ‘Sanyo’ y Tapia, a Maxi Sánchez y Pablo Lima y a Lebrón y Galán y eso siempre supone carga extra en las piernas; sin embargo, desde el banquillo, Maxi Grabiel (debutante en estas lides en una final) les animó a soltarse, a dar todo lo que tenían pues ya habían llegado hasta allí, habían hecho lo más difícil y solo podían disfrutar, y pareció surgir efecto.
La segunda manga se alargaba hasta el fatídico siempre tie break dado que, a pesar de los breaks y del 4-2 que consiguieron Fernando y Arturo, verían cómo esa ventaja se esfumaría en los siguientes juegos (4-4) y todo se mantendría ya parejo hasta el duodécimo juego (6-6), por lo que los nervios y la tensión no fallaban a la cita en EE.UU.
En esta situación, Belasteguín hizo gala de su experiencia para darle calma a su compañero Coello, que jugaba su primera final y veía cerca la posibilidad de campeonar. Moviendo de lado a lado a los rivales, haciendo daño con su bandeja paralela a los pies del brasileño Campa y sabiendo ralentizar ahora sí el ritmo de juego, dominó como sabe, y logró la hazaña.
Tras varios amagos de break y puntos que se cuidaban como oro en paño, el binomio hispano-argentino ganaba 6-3 y 7-6 para hacerse con su primer título de la temporada.
Lo ha vuelto a hacer. Fernando Belasteguín gana su título 227 junto al vallisoletano Arturo Coello, de 278 finales, los números hablan por sí solos. Algo espectacular y que posiblemente tardemos mucho tiempo en ver en este deporte y en cualquier otro.
Coello tuvo una actitud natural de adolescente de 19 años que cumple su primer sueño. Se arrodilló en la última bola. Ya lo tienen en sus manos y Bela en la entrevista post-partido quiso destacar que esto es fruto de que él entrena como lo hacía cuando era N°1, pues reconoce la presión de los jóvenes, con quienes pelea día a día pudiendo ser su padre.
Este triunfo sirve, por un lado, para certificar a Arturo Coello como el ganador más joven de una prueba World Padel Tour (19 años), así como a Fernando Belasteguín como el ganador de más edad (42 años) y al propio Bela como único ganador con todas las parejas con las que ha jugado en el circuito profesional (Juan Martín Díaz, Willy Lahoz, Pablo Lima, Agustín Tapia, ‘Sanyo’ Gutiérrez y ahora, Coello). Impresionante.
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