Dicen que los mejores perfumes vienen en frascos pequeños y esa máxima la ha llevado a la perfección Maxi Grabiel. Un jugador de un enorme talento y de mucha magia en la muñeca a pesar de su corta estatura. En un deporte donde cada vez predomina más el físico, la potencia y la fuerza, el pequeño argentino supo encontrar su hueco y ofrecer grandes recitales.
Maxi Grabiel se retira, dice adiós a la competición en activo, que pierde a otro de sus ilustres junto a los Seba Nerone o Cata Tenorio, otro argentino de la vieja guardia que decide colgar la pala y las zapatillas al menos de manera profesional, pues este pequeño gran jugador viene ejerciendo las tareas de entrenador desde hace tiempo, guiando a Martita Ortega y Bea González, ofreciéndoles toda su experiencia para que crezcan en la pista.
El de La Plata es uno de esos jugadores que, haya por donde va, deja amigos, deja grandes momentos y mucho cariño en los aficionados; siempre cercano, siempre dispuesto a ofrecer una sonrisa, un abrazo, un apretón de manos o un autógrafo a quien se lo pida, pequeños o mayores. Un jugador que llegó cuando el pádel era poco más que un juego y que tras casi 30 años en la élite lo despide siendo todo un deporte de masas en el que él, aunque no es de los más conocidos, se lleva el respeto de compañeros y rivales (Nerone, Ramiro Moyano, Gastón Malacalza, Gerardo Derito, Pablo Lijó, Miguel Lamperti, Agustín Gómez Silingo, Aday Santana, Paquito Navarro…) siendo todo un referente desde el drive, un prototipo excelso de defensa, de control de la bola y de saber elegir el momento ideal para llegar a la red y hacerse con el punto.
Maxi nació un 12 de agosto de 1976, pero no sería hasta 1988 cuando empezó su aventura en el deporte del pádel, pasándose a profesional pocos años después, en el 93, emulando a sus grandes ídolos, Alejandro Lasaigues y ‘El Mago’ Sanz. En cuanto a sus logros deportivos, cabe destacar que en la temporada 90-91 se proclamó campeón provincial y nacional en la categoría de menores en Argentina; en el 2002 se coronó como pareja nº1 de Argentina junto al citado Nerone; en el 2003, ya en España, participa en el circuito que se disputaba en nuestro país junto a Marcello Jardim y como últimos logros hay que señalar las semifinales de 2013 de las pruebas Open de Barcelona, Cáceres, Sevilla y Murcia, el título en el Master de Valencia de 2014 junto al sevillano Navarro, por no hablar de su presencia con la Selección Argentina y su victoria en el Mundial de 2014.
Maxi no jugará más el circuito profesional, que pierde a un pequeño »iluminado» de este deporte, pero siempre nos quedarán sus mejores partidos, algunos puntazos y, sobre todo, la cercanía y el cariño que desprende Maxi Grabiel por cada poro de su piel. Un jugador fantástico, pero una persona de 10. Gracias por todo tu aporte a esta disciplina y por querer seguir inculcando grandes valores, ahora desde los banquillos.
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