Se anunciaba a bombo y platillo una final tremenda, quizá no la que muchos esperaban por aquello de ver la pelea por el número 1, pero la ausencia de Paquito Navarro y Martín Di Nenno lo impidió. En su lugar, un ‘Sanyo’ Gutiérrez y un Agustín Tapia que venían de una semifinal apoteósica, en la que sacaron su mejor pádel y que servía de aviso para Ale Galán y Juan Lebrón; pero es que ellos en semis también habían volado.
Todo ello no sirvió sino para ver un gran partido desde el primer intercambio de bola, un choque en el que la clave estaría en la capacidad de ‘Sanyo’ para manejar y maniatar a Lebrón en el cruzado y en ser capaces los argentinos de tirar globos medidos al fondo de la pista para no verse acorralados por el fuego aéreo de los españoles; por su parte, Galán y Lebrón tenían como objetivo presionar cada bola, tirar a quemarropa y aprovechar hasta el último milímetro de pista con sus tiros.
Y en esto, solo un break de diferencia separó a ambas duplas en el primer set, un 6-4 que se decantó únicamente porque Sanyo no estuvo lo acertado que suele, errando mucho más que en semis, donde sentó cátedra, no pudiendo acompañar en las labores de producción a un Tapia que estaba desatado pero que se vio demasiado solo frente a los de Mariano Amat, muy metidos y concentrados, como ya se les vio en el primer y segundo partido.
En el segundo, tras salir »El Mago de San Luis» al descanso »es culpa mía, he fallado yo», se aplicó mucho más y todo se igualó. Ahora sí era un duelo de colosos, de reventar la bola, de abrir ángulos imposibles y de salidas de pista magistrales.
Ninguno se dejaba ir, ninguno negociaba el esfuerzo y si una pareja conseguía un puntazo, la otra respondía con otro igual o mejor, con bolas a la reja de Tapia, dejadas de ‘Sanyo’, bajadas de pared de Galán o recuperaciones imposibles de Lebrón, todo por el espectáculo.
Hasta el séptimo juego todo se mantuvo intacto, pero ahí los dos españoles encontraron el resquicio por el que colarse y hacer un break fundamental (4-3 para ellos). Acto seguido, salieron a por el partido, presionando en todos los golpes, ya fuera por arriba o por abajo, descerrajando a base de potencia la defensa de los argentinos, sin dejarse nada.
Con el 5-3 y saque de ‘Sanyo’ siguieron apretando, ahora desde el resto, y les pelearon cada punto, pero un remate cruzado de Gutiérrez salvó la situación y puso todo otra vez muy parejo (5-4).
Sacaban para ganar los nº1, y lo lograron, tras dos últimas acciones algo confusas, primero tras una bola que tocó ligeramente en la mano de ‘Sanyo’ y que terminó con un golpeo de Tapia al cuerpo de un Galán que estaba en el suelo, y luego con un resto de Tapia que tocó la pared lateral. Juego, set y partido (6-4 y 6-4) para coronar a la mejor pareja del año, la que más títulos ha conseguido (7, siendo también su mejor temporada) y la que tiene, trabajando en la sombra, a un Mariano Amat que ha sabido reconducir un año complicado de altibajos para elevarles a lo más alto.
Eso sí, hay que felicitar a los cuatro jugadores por el gran partido ofrecido.
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