Se les pusieron las cosas cuesta arriba, tuvieron que remar, pelear y sufrir para sacar la cabeza a flote, pero una vez más demostraron que tienen poderío, que siempre hay que contar con ellas y que lo que antes podían perder por empuje de las rivales, ahora lo intentan morder hasta el final, casi siempre con éxito.
Alejandra Salazar y Gemma Triay han pegado un gran bocado a la temporada, al ranking y a la posibilidad de número 1, han demostrado fortaleza, ganas y capacidad de sufrimiento sin venirse nunca abajo, con excelente sintonía y con mucha, mucha calidad.
En Menorca, tierra de Triay tenían un duro examen doble, por un lado en lo deportivo y por otro en lo sentimental, pues tuvieron que lidiar con Lucía Sainz y Marta Marrero, ex compañeras, ex números 1 con ellas, dos que les conocen a la perfección, y no era fácil.
El partido, desde luego, mereció la pena, pasando de las dos horas y con tres sets increíbles. Empezaron empujando primero con más ahínco las dos que debutaban juntas y que llegaban, no obstante a su primera final con poco tiempo de unión, Marrero y Sainz, con corazón y cabeza, con mucho rigor y logrando encender ligeramente las alarmas con un break en el cuarto juego (1-3), un break que quedó respondido en el sexto juego con el 3-3 que campeaba en el luminoso.
Daban otro arreón en el partido la canaria y la catalana, de nuevo con buenas sensaciones y encontrando huecos donde otras parejas no lo habían conseguido, para ponerse con 3-5, y de nuevo Ale y Gemma cambiaron la estrategia ligeramente por orden de Rodri Ovide para intentar forzar la igualada y alargar el set. Lo consiguieron tímidamente (4-5) pero en el siguiente ya no hubo chance y con 4-6, Marrero y Sainz se ponían por delante.
Aprovecharon la inercia Lucía y marta en el inicio del segundo abriendo de nuevo hueco (0-2) pero entonces la máquina ‘TriayZar’ se encendió, y empezaron a carburar. Ale y Gemma metían ya más bola, causaban peligro, apretaban y mordían y así consiguieron pasar al ataque para darle la vuelta al luminoso (4-3), ponerse con 5-4 y lograr, desde el resto y con 40-15, forzar el punto de oro y ganarlo (6-4).
Y quedaba la guinda, el tercero y definitivo donde ya no había margen para el error. De nuevo las cuatro explotando al máximo su físico, corrieron a cada bola intentando que todo se decidiera por errores de las rivales, pero Ale y Gemma dieron un paso al frente ya desde el inicio, con una rotura que les puso 2-0 y por primera vez por delante en el comienzo de un set, una ventaja que ampliaron y mantuvieron (3-1, 4-1, 5-2…) hasta que, con el saque de Ale en el noveno juego, sentenciaron (4-6, 6-4 y 6-3), logrando su cuarto título consecutivo y el séptimo de la temporada. Más números 1 que nunca.
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