Han regresado (si es que alguna vez se fueron) por la puerta grande. Mapi y Majo Sánchez Alayeto están viviendo una temporada muy diferente, quizá en la que más estén disfrutando, en la que cada partido, más allá del resultado, cuenta como positivo por el simple hecho de jugarlo.
Las que fueran número 1 quieren aprovechar un año complicado, uno que, por encima de todo, les está dando satisfacciones en la pista, porque el hecho de salir es ya una victoria, más dulces incluso que todas aquellas que les permitieron convertirse en número 1 y en la pareja más laureada de este deporte, la más dominadora. Majo y especialmente Mapi nunca se fueron, pero sí que han regresado con la escopeta cargada.
En Barcelona lo han demostrado, dejando fuera a Ari Sánchez y Paula Josemaría, pareja que ante todo este 2021 está viviendo su momento más dulce, su mejor temporada tanto individual como colectivamente. Aquí, en cuartos, lo han peleado hasta el final, máxime por ser la casa de Ari, pero las Alayeto quisieron agitar el torneo.
A un primer set fantástico de las cuatro que cerca estuvo de irse al tie break pero que se decidió por un break en favor de las zaragozanas cuando Ari y Paula lo tenían todo a favor (7-5), le siguió la esperada reacción de las números 1 de la Race. Por ranking, calidad y estado de forma se esperaba ese conato de rebeldía, y llegó en tromba.
Las de Miguel Sciorilli salieron al segundo con el cuchillo entre los dientes, dispuestas a darle la vuelta al marcador, algo que consiguieron a partir del cuarto juego, cuando la balanza empezó a inclinarse a su favor con mayor suma de puntos y con más movimiento en pista, más lucidez, más acierto.
Tras dejar todo como al principio, tocaba la batalla final que arrancó dejándose las cuatro la piel en la pista. El público se envalentonó, aplaudió cada acción, cada recuperación, cada remate y el espectáculo que estaban dejando las cuatro campeonas sobre la pista. Así hasta que Mapi y Majo conseguían en el cuarto juego el break que les puso en ebullición y que ya no les paró, incluso a pesar de tener hasta 7 bolas de break en contra, pero las salvaron todas, una a una, bola a bola, para ser ellas las que diesen el mazazo definitivo y pusiesen el 7-5, 3-6 y 6-3 que les daba plaza en su tercera semifinal del curso.
Gemma Triay y Alejandra Salazar fueron las únicas con cierta tranquilidad en su partido al ofrecer, ante Aranza Osoro y Victoria Iglesias, un juego muy contundente. No les dejaron entrar en combate prácticamente a la argentina y la andaluza, maniatando todos sus recursos, bajándoles las revoluciones y no dejando que especialmente Aranza se conectara y se calentara, impidiendo así su crecimiento en el choque, algo que siempre perjudica mucho a las rivales cuando entre en »modo competitivo». Así, con un 6-2 y 6-3 sellaban con escaso desgaste una nueva clasificación para semifinales y van ya…
Bastante trabajo en cambio para Patty Llaguno y Virginia Riera ante Martita Ortega y Marta Marrero. Por la inercia que traían se esperaba una victoria de la catalana (sin el esencial apoyo del público por jugar en la pista 2) y la madrileña pero Patty y Vir querían recuperar el esplendor del inicio de temporada, donde fueron auténtica revelación, y se pusieron manos a la obra. Mejor comienzo para ellas, con puntos largos, kilométricos y trabajados, haciendo sufrir en intercambios infinitos a sus rivales para poco a poco ponerse a mandar en el luminoso.
Se hicieron con el primero y en el segundo siguieron con la misma receta, pero ‘Las Martas’ sabían que podían dar mucha guerra y lo lograron a base de coraje y de moverse más, de acortar el largometraje de los puntos y subir más a la red. Así, apretando y empujando con claridad de ideas y mucho movimiento, respondieron con iguales cifras al primero y cogieron vez para el tercer y definitivo envite.
Allí las tornas se volvieron a girar y de nuevo eran Patty y Vir las que empezaban mejor y las que sabían manejar mejor la tensión del tercero. Virginia, a pesar de notar cada vez más el cansancio y terminar incluso con calambres, fue capaz de apoyar el manejo de bola de Llaguno y parar la escalada de las chicas de Carlos Pozzoni, quienes tras recibir el break ya no pudieron contrarrestarlo y terminaron por entregar el choque con un 6-3, 3-6 y 6-3.
Por último, Lucía Sainz y Bea González vivieron una batalla durísima en cada uno de los parciales frente a Delfi Brea y Tamara Icardo. Siempre peligrosas, siempre incomodando, apartaron del partido en el inicio a Lucía y Bea y no les dejaron sacar su calidad por alto ni el despliegue físico de Bea, habitual en cada partido. La catalana y la andaluza sabían que la clave del partido pasaba por manejarse mejor desde el fondo e ir achicando espacios hasta plantar la tienda de batalla en la red, y así lo hicieron.
La salida en tromba en el primero encontró premio al abrir distancia en el marcador y adjudicárselo finalmente, mientras que en el segundo, el ímpetu llegaba desde el otro lado, con Lucía y Bea siendo las que devolvían la bola con más peligro, las que llevaban el peso y el mando en las acciones. Lucía se crecía con el paso de los minutos y Bea ya era gigante, imposible de sorprender por arriba, y el público mientras apoyaba a Lucía para ver más espectáculo.
Un set para cada dupla y duelo final, con guinda incluida, pues este tercer parcial fue el mejor, el más peleado. Casi llegando al tie break, pues ninguna pareja conseguía poner distancia en el marcador, Sainz y González rompieron el servicio y ya no se bajaron del timón, para terminar con un 3-6, 6-3 y 7-5 dando una »minisorpresa» y quedando Lucía como la única local en el cuadro femenino.
Tras todo lo contado, las semifinales quedan de la siguiente manera:
Alejandra Salazar – Gemma Triay vs. Patty Llaguno – Virginia Riera (10 horas)
Lucía Sainz – Bea González vs. Mapi y Majo Sánchez Alayeo (16 horas)
Cargando ...
Los comentarios están cerrados.