Un día tranquilo para muchas, pero no para una pareja que necesitó pelear durante más de dos horas para meterse en semifinales. El Challenger de La Nucía dejó mucha batalla y la sensación de que las favoritas están un par de pasos por encima del resto.
Las más aplicadas en la oficina, las que más sufrieron los rigores de la competición y el calor. Jessica Castelló y Alix Collombon tuvieron que irse a los tres parciales para superar la osadía y el buen ejercicio de Sandra Hernández y Ari Cañellas, esa unión de experiencia y juventud que suele encontrar premio.
Y esta vez lo encontraron con su mejor partido del curso, acelerando la bola cuando era necesario, pausando el ritmo cuando lo requería el duelo y causando problemas en dos de los tres sets a sus rivales. En el primero, porque tuvo que decidirse en un tie break al que llegaron tras un ejercicio de combate a puntos muy igualados y que el desempate, como juez, terminó por decidir. Esta vez cayó para la dupla hispano-francesa, que en el segundo, no obstante, se vio totalmente superada por las combinaciones de Hernández y Cañellas. Mantuvieron el nivel de lo visto en el primero y por eso lograron una amplia diferencia a base de breaks que les permitió hacerse con la manga por la vía rápida.
Y en el tercero, no obstante, todo el guion cambió, pues fueron Castelló y Collombon, avisadas por lo que acababan de vivir, las que despertaron y reaccionaron con idéntica intensidad, devolviendo el golpe libra por libra para hacerse con el billete a semifinales (7-6, 2-6 y 6-2).
Las flamantes números 1 del torneo, Aranza Osoro y Barbara Las Heras, tuvieron igual rendimiento que en el primer partido. Un set tranquilo y controlado y otro peleado en el que necesitaron de su mejor versión, demostrando que aunque se han aclimatado en tiempo récord, los mecanismos no están conjugados al 100% y es necesario que ambas individualidades sumen al completo para no sufrir en exceso.
Esta vez, ante las combativas Lucía Martínez y Vero Virseda arrancaron mejor, dominando en la anotación y sabiendo desbaratar las oportunidades de sumar que generaban las rivales. A pesar de que Lucía y Vero contaban con más tiempo juntas y más ensambladura, no supieron encontrarle las cosquillas a la argentina y a la española.
Tras hacerse con el primero de manera contundente, en el segundo sí se vio una versión distinta de Virseda y Martínez, más confiadas, más activas, más duras, y pudieron llevar la intensidad un paso más allá, teniendo que definir en el tie break quién se haría con esa segunda manga. La balanza se desequilibró para el lado de Osoro y Las Heras, que siguen en competición y están un poco más cerca de la que sería su primera final juntas (6-2 y 7-6).
Partido bastante cómodo, al menos en lo que al primer set se refiere, para Eli Amatirian y Carolina Navarro. Un genial inicio ante Sofía Saiz y Marina Martínez les permitió navegar con calma, con mucha calma, y manejar los tiempos de cada ataque, como ellas gustan de hacer, una abriendo ángulos imposibles y la otra con la plasticidad de sus voleas y bandejas. Así, Eli y Carol volaron alto para cerrarlo de manera rápida pero después, sufrieron mucho más en el segundo, pues sus oponentes apretaron sin nada ya que perder y les obligaron a que el tie break dictara sentencia.
Esta vez, la experiencia y veteranía fueron un grado y se adjudicaron también el segundo (1-6 y 6-7).
Ana Catarina Nogueira y Sofia Araújo, las más firmes representantes del pádel portugués, demostraron que las piezas siguen encajando poco a poco y que cada vez los mecanismos son más automáticos. Con un juego combinado de físico más potencia en los golpes, Nogueira y Araújo imprimieron un ritmo alto al que no llegaron Julia Polo y Claudia Jensen, superadas en todo momento y que terminaron con un abultado 0-6 y 2-6 en contra.
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