Colosales durante todo el torneo. Pudieron despedirse en cuartos pero salvaron el partido, elevaron su juego en semis y en la final sacaron su versión más veterana, la de mayor aplomo y, sobre todo, una versión sorprendente que nadie estaba acostumbrado a ver, quizá ni siquiera ellas mismas.
Tamara Icardo y Delfi Brea se coronaron en Valencia, la primera de ellas como reina local, con un apoyo inconmensurable del público, que rompió a aplaudir cuando se fundió con Delfi en un abrazo y en llanto, tiradas en el suelo, recibiendo una merecida ovación tras lo que habían conseguido: subir el Everest ante las números 1 del mundo, Alejandra Salazar y Gemma Triay.
Pero no les ganaron de cualquier forma, sino que les remontaron el partido, algo al alcance de muy pocas, y haciéndolo con tranquilidad y con un cambio de registro respecto a lo visto en el primer set, y de eso tuvo mucha culpa Gaby Reca.
Pero empecemos por el inicio, por los primeros compases, en los que vimos mucha alternancia a partir del tercer juego cuando Delfi y Tamara rompieron por primera vez para entrar en una espiral de roturas de saque hasta que Salazar y Triay devolvían el golpe en el octavo juego e igualaban la contienda. Ese 4-4 supondría que la igualdad se mantendría hasta el final a pesar de los intentos de ambas duplas por separarse en el marcador.
Tie break para definir a las ganadoras del primer envite y ahí, en esa suerte dispar, Ale y Gemma demostraron su ranking, su condición de favoritas, y endosaron un rotundo 7-0 para dominar la eliminatoria.
Y entonces apareció Gaby Reca. El ‘Mítico’ cortó de raíz la sangría cambiando la estrategia y pidiendo a sus chicas que tiraran globos profundos, que obligaran a Gemma y a Ale a jugar pegadas al cristal, que metieran bolas con peso, que sacaran sus bandejas a relucir y, sobre todo, que Delfi manejase más el juego y Tamara se soltase. Y vaya si lo hicieron. El cambio de dinámica fue total y se pasó del 0-0 al 0-3 y después al 1-5 que certificaría de manera express el empate en el luminoso con el saque siguiente. Había que volver a empezar.
El inicio del tercer y definitivo set fue una batalla total en la que Delfi y Tamara lo intentaban de todas las maneras posibles pero eran Ale y Gemma las únicas que sumaban. Las chicas de Rodri Ovide consiguieron un 3-0 de parcial para después iniciar un ejercicio de break, contrabreak, recontrabreak… que volvió absolutamente loco el duelo. Sin dominadoras claras, en esa locura volvieron a emerger la argentina y la valenciana para ponerle cero al marcador y hacer saltar todas las alarmas (4-4). Habían recuperado la iniciativa y las buenas sensaciones y se metían otra vez en la pelea, máxime cuando en el juego siguiente anotaban el 4-5 y el saque a su favor para cerrar el partido.
Para qué esperar más les dijo Reca. Es ahora o nunca, no nos lo van a regalar, hay que ser firmes, parecía decir con la mirada, y Delfi empezó a manejar otra vez y a superar en el cruzado a Ale, al tiempo que Tamara, animada por el público se cruzaba una y otra vez en la red y destrozaba con sus voleas. Punto de inflexión total para que las sorprendentes Icardo y Brea consiguieran el juego definitivo que ponía la locura en las gradas y el 7-6, 1-6 y 4-6 en el marcador, el segundo título Open para ellas.
Este título confirma que Icardo y Brea no son ya una revelación, sino una realidad, que pueden pelear con las Triay, Salazar, Josemaría, Sánchez, y con quien se ponga por delante. El pádel femenino sigue sumando nombres a la lista de candidatas a pelear por triunfos y eso lo hace todavía más apasionante.
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