Duelos muy buenos para que dos parejas alcanzasen la final del primer Master del año, un torneo que en Marbella se está destapando como bastante duro por las condiciones pero que a su vez está demostrando que las chicas aguantan como colosas a pesar de las temperaturas.
La semi entre Aranza Osoro y Victoria Iglesias ante Virginia Riera y Patty Llaguno no tuvo tanta historia ya que a pesar de venir más descansadas la argentina y la andaluza tras los partidos de semifinales, parecía que eran Aranza y Victoria las que llegaban con más minutos en las piernas.
Sobre el 20×10 solo hubo una pareja, las chicas de Neki Berwig, quienes dominaron desde el inicio y en el noveno juego, con punto de oro y saque, supieron cerrar el primer parcial y adelantarse en la eliminatoria sin excesivos problemas (3-6).
Más amplitud todavía en el segundo al tener toda la inercia a favor, jugando a favor de viento, tirando Patty y Virginia globos que hacían mucho daño y dominando la red constantemente.
Surtía efecto su estrategia al tiempo que Aranza no lograba sacar su potencia en los golpeos y Victoria era incapaz de imponer su defensa y sus transiciones para responder a la intensidad que llegaba desde el oro lado de la red. Además, el mayor número de errores no forzados les condenaba todavía más, tanto que de manera incontestable y con un 3-6 y 1-6, volvían a lograr acceder a una final, la primera en formato Master.
La segunda entrega de la antesala por el título iba a dejar sobre el papel a cuatro enormes candidatas. A un lado de la red las líderes del ranking, Alejandra Salazar y Gemma Triay y al otro, a Paula Josemaría y Ari Sánchez, dos »locas bajitas» de calidad infinita.
Aunque se presagiaba un partido parejo, lo cierto es que en el primer set hubo todo lo contrario; totalmente desaparecidas Ale y Gemma, se encontraron como maniatadas ante el vendaval que salía de las palas de Paula y Ari, constantes en la presión, insistentes en la entrega de esfuerzos, geniales en lo colectivo. Tan bien se les dio que apenas habíamos llegado a la media hora cuando ya se habían hecho con el primer acto, un 1-6 más que rotundo.
Lógicamente, tenía que llegar una reacción por parte de las chicas dirigidas por Rodri Ovide y ocurrió, más a trompicones que de manera fluida, más por ímpetu de corazón que de cabeza y piernas, y aunque se pusieron con un 4-0 arriba que parecía dictar sentencia, reaccionaron de manera contundente las oponentes y pusieron un 4-3 que de nuevo les metía en el partido. De ahí se pasó al 4-4 y al 5-5 hasta que viéndose contra las cuerdas, tiraron de experiencia Salazar y Triay para no irse antes de tiempo. Pelearon y sacaron rédito al empatar el choque (1-6 y 7-5).
Esa pequeña victoria les dio un puntito extra en el inicio del tercero y así conseguían su saque y el de las rivales, poniendo distancia y cierta alarma en el banquillo de la catalana y la extremeña; sin embargo, se repetiría lo ocurrido en el set anterior y Ari y Paula volvieron a empatar la contienda pero esta vez no se detuvieron ahí, sino que pusieron una barricada que impidió cualquier paso delante de las oponentes, frenándolas en seco y sin opciones para seguir fabricando puntos. Se fueron directas a por la consecución del partido y remataron su actuación con el billete para la final (1-6, 7-5 y 2-6) en parte contra pronóstico.
Final inédita a partir de las 10 de la mañana, como las cuatro anteriores en el cuadro femenino. Lo que sí está claro es que una de las dos repetirá título este año. ¿Quién ganará?
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