Nuevo torneo y nueva final, con protagonistas diferentes, al menos en parte, a las de otras citas. En este caso tras dos semifinales express, en las que apenas hubo batalla pues las dos parejas vencedoras dominaron de arriba a abajo. Terminaron rápido, sin mucho desgaste, y con amplitud en el marcador.
Las primeras en lograrlo fueron quizá, las que más papeletas tenían o las que más se presuponía para ello, Alejandra Salazar y Gemma Triay. Madrileña y menorquina explotaron todas sus virtudes ante una de las gratas sorpresas del torneo que cada vez son más realidad, Delfina Brea y Tamara Icardo.
La valenciana y la argentina se vieron totalmente superadas por la potencia de los golpes de Triay y Salazar quienes, a base de contragolpear, encontrar siempre buenas opciones de tiro y forzar break tras break, rápidamente cobraron ventaja en el luminoso hasta el 4-1 en apenas 20 minutos. Demasiado castigo para Icardo y Brea, sin argumentos que pudieran obtener rédito alguno para complicarles el partido a las de Rodri Ovide.
Poco más de 10 minutos después, ya campeaba en el marcador el 6-1 con el que cerraron el primer paso hacia la final.
La tormenta perfecta se desató aún más en el segundo, sin bajar ni Ale ni Gemma el listón y esta vez no dejando siquiera que puntuaran sus oponentes; les ganaron todos los servicios y defendieron a ultranza el suyo, dejando en blanco a las jóvenes, a las que despidieron cuando el reloj marcaba la hora de choque. Un 6-1 y 6-0 que les presentaba en la final, otra más.
En la segunda semifinal, hubo sorpresa. La iba a haber de todas formas, pues ninguna de las dos parejas sabía lo que era colarse en el partido del domingo este año, si bien Aranza Osoro y Victoria Iglesias llegaban con mejor recorrido tras los dos primeros torneos, pero la experiencia de Patty Llaguno unida a la garra de Virginia Riera propició que las ‘pink ladies’ se colaran en la fiesta final.
La lesión del anterior torneo ya está olvidada para Llaguno y lo demostró saliendo en tromba junto a Riera para pasar, del 1-1 inicial con ambas parejas conservando su saque, al 6-1 con el que finiquitaron la primera parte de la película. Cada vez demostraban mejores sensaciones, más movilidad y tiros con más picante mientras que Aranza y Victoria no podían contrarrestar todos esos argumentos ni con hechos ni con simples intenciones, simplemente se vieron superadas.
Mejor fue la mitad del segundo set, porque en el inicio del mismo, Patty y Virginia fueron como dos escaladoras que atacan en la parte más dura de la subida, se fueron solas, sin perseguidores, y pusieron un 4-0 en el pabellón que olía a derrota rápida, pero esta vez sí hubo reacción. Algo cambió en el juego de Osoro e Iglesias o simplemente que la bola comenzó a entrar pero el caso es que recortaron toda la desventaja hasta poner un 4-3 que abría de nuevo el partido.
Pero ahí se paró la reconquista, pues pusieron una barricada a la sangría las de Neki Berwig y se dispusieron prestas a cerrar el partido. Dos juegos a su favor seguidos (saque + break) y primera final para ellas.
Duelo en la cumbre entre las ‘pink ladies’ Riera y Llaguno y el pádel con »mucho flow» de Salazar y Triay a partir de las 10 de la mañana.
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