Difícil contar una final cuando el resultado de la misma es 6-0 y 6-1, cuando una pareja ha dominado de cabo a rabo, con una autoridad salvaje. Y eso es lo que pasó en la final femenina de Alicante.
Gemma Triay y Alejandra Salazar dieron un Master, una clase de pádel avanzado tanto en defensa como en ataque y recursos, percutiendo sin descanso una y otra vez a una Ari Sánchez y una Paula Josemaría impotentes ante el vendaval que soplaba al otro lado de la red. No pudieron, no supieron o no les dejaron competir, pelear ni casi sumar juegos en su marcador.
La estrategia que plantearon sobre el 20×10 les dio resultado desde el primer minuto, cuando rompieron el saque de Ari y Paula, aseguraron el suyo y volvieron a romper, y otra vez, y otra, así hasta completar un parcial perfecto con Ale y Gemma destrozando tanto con voleas como con bandejas a sus dos paralelos que obligaban a recoger la pelota del suelo una y otra vez tanto a Sánchez como a Josemaría, sin sensaciones ambas, sin la actividad de piernas a la que acostumbran.
El 6-0 conseguido fue en un visto y no visto pero es que el segundo set llevó el mismo camino. Un break tras otro se acumulaban a favor de las número 1 del ranking y en contra de las números 1 de la Race 2021 y lo que a priori era un duelo entre las dos mejores parejas de la competición quedó sumamente desnivelado y únicamente en los instantes finales pudieron Ari y Paula evitar el doloroso doble rosco con un punto conseguido al saque de Paulita (eso sí, con 40-30 y casi forzando el punto de oro).
Al final, 6-0 y 6-1 que deja con excelente sabor de boca y declaración de intenciones a Salazar y Triay y con cara de perplejidad y con mucho por analizar a Josemaría y Sánchez.
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