No quería que terminara este 2020 sin echar la vista atrás, como hemos hecho otros años, y recordar todo lo bueno (y desgraciadamente también lo malo) que nos ha tocado vivir a todos en lo que al deporte del pádel se refiere, la particular visión que desde PadelSpain quiero hacer tras todo un año informando y divulgando este maravilloso deporte.
Como bien sabéis, hace ahora mismo 365 días, dábamos casi por finalizado un 2019 del que hablamos maravillas en cuanto a crecimiento de espectadores, mejora en los torneos, resultados y, como cada final de temporada, vivíamos un carrusel prácticamente inagotable de cambios de parejas. Nadie podía imaginar lo que, tras brindar la noche del 31 de diciembre y pedir nuestros deseos a un 2020 que llegaba con cifra redonda, podía ocurrir.
Un auténtico tsunami negativo de elementos que se sucedían uno tras otro: descubrimiento de una enfermedad nueva, contagio, traspaso a otros países, infecciones masivas, parones y por fin, confinamiento. Adiós a tantas ilusiones, proyectos y adiós a salir de casa, al deporte, al pádel, a los partidos, a vivir siquiera con normalidad, y bienvenido a hacerlo desde ese momento y hasta Dios sabe cuándo, con una mascarilla siempre tapando nuestra sonrisa y un gel hidroalcohólico como mejor aliado.
Pero el pádel, y en esto hay que agradecer muchísimo al circuito profesional y a los jugadores (en lo que a la parte de más pura competición se refiere), supo salir adelante, volver a las pistas aunque sin público, a hacernos disfrutar y a que nos volvieran a ilusionar las parejas y los puntos, a concebir un calendario mucho más austero pero igualmente intenso que pudo concluir con un Master Final. A ellos dos, gracias, gracias por todo lo que habéis logrado.
Y gracias también a la Federación Española de Pádel, las Federaciones Autonómicas, a los circuitos amateurs privados, a las marcas, patrocinadores, clubes… porque vuestro esfuerzo también ha valido la pena y ha servido para demostrar el enorme músculo de este deporte en los momentos más complicados, en los de mayor desazón e incertidumbre. Por una vez (y ojalá no sea la última) se ha remado en la misma dirección, todos juntos, y ojalá sirva de piedra de toque para que ocurra muchas más veces.
Y en ello han tenido parte de culpa los jugadores, que han demostrado también su esfuerzo dejándonos increíbles partidos. Por encima de todos, resaltar cuatro nombres propios: los de Gemma Triay y Lucía Sainz en chicas y los de Ale Galán y Juan Lebrón en chicos. Ellos se han bastado para elevar todavía más el nivel, llevando el pádel a un nuevo escalón en cuanto a técnica, físico, recursos y títulos, porque han sido los auténticos dominadores de la temporada, con varios títulos en sus vitrinas y terminando como números 1. Ellos y sus respectivos cuerpos técnicos, comandados por Rodri Ovide y Mariano Amat han ofrecido un año maravilloso de deporte y han vuelto a demostrar que este juego sigue en constante evolución.
Pero no han sido los únicos, porque hay muchos nombres propios que destacar. Más allá de los ganadores de nuestros PadelSpain World Padel Awards que han tenido su merecido reconocimiento, la temporada 2020 nos recuerda que un tal Fernando Belasteguín puede seguir peleando con los más jóvenes a pesar de haber pasado los 40 años, que tenemos campeones de futuro con los citados Galán y Lebrón, pero también con Agustín Tapia, Martín Di Nenno o con tres españoles que han asombrado llegando desde previas: Arturo Coello, Iván Ramírez y Miguel Yanguas; ellos son la próxima generación y en los siguientes 3/4 años no duden que estarán muy arriba.
Por supuesto, en el apartado femenino siempre nos quedará la combatividad de Alejandra Salazar y Ari Sánchez hasta el último minuto por el título de Maestras y por el número 1 (pocas demuestran más carácter ganador que ellas); el regreso de Mapi y Majo Sánchez Alayeto y de Marta Marrero y Martita Ortega para pelear el año que viene más y mejor y, por supuesto, la agridulce despedida de Eli Amatriain y Patty Llaguno. Nunca podré negar que son de las jugadoras que más admira quien escribe estas líneas y a las que le tiene un cariño especial y por eso este 2020 se recordará como el de su despedida.
Llegué al pádel el año en que eran número 1 y aunque fueron bajando en el ranking nunca abandonaron su sonrisa y su mentalidad, ni tampoco su juego, ese que tanto bien les hizo a ellas y a los que queríamos aprender armados, posición en pista y compañerismo. Una pena su separación por lo que repasaremos sus partidos una y otra vez siempre que queramos mejorar cualquier golpe, porque los tenían todos y todos estéticamente perfectos.
Tampoco podemos olvidar el crecimiento de jugadoras como Aranza Osoro, Sofia Araújo, Virginia Riera o las jovencísimas Beatriz Caldera, Lorena Rufo, Paula Josemaría, Bea González o Carmen Goenaga, fruto de que hay muy buena base y de que en los próximos años estarán cada vez más peleando por títulos.
Más allá del circuito profesional, se ha demostrado que, pese a la pandemia el pádel se ha abierto otro pequeño hueco fuera de nuestras fronteras, con el crecimiento del circuito de la Federación Internacional y su llegada a lugares como Dubai, su asentamiento en Suecia, Inglaterra, Japón, Holanda o su crecimiento en Portugal, Italia o Francia.
Y, ¿qué le pedimos al 2021? Lo primero es salud, para nosotros, vosotros y para el deporte, salud para todos y para que el pádel siga siendo un gran deporte. Unión de todos, compromiso, caminar conjunto y que se queden atrás, totalmente olvidadas, todas las envidias, rencores, los »me han comentado que has dicho», los malos modos, los intereses individuales y la falta de acuerdo, la negatividad y la ausencia total de apoyo de ciertos sectores y personas hacia el resto. Parecerá una utopía, pero así nos irá mejor a todos porque, que no se olvide nadie, en mi caso y en el de este periódico (y hablo también por el resto de medios), lo que queremos es que el pádel crezca unido, no que vaya cada uno por su lado. Queremos aportar (y creemos que lo hacemos cada día) nuestro granito de arena, nuestro sello particular y que gracias a eso todos nos beneficiemos.
Porque el pádel es de todos, no de unos pocos.
Feliz 2021 y que este próximo año sea totalmente opuesto al que ahora dejamos atrás.
Álvaro López (Jefe de redacción de PadelSpain)
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