Dos entregas de intensidad total, para que luego digan que segundas partes nunca fueron buenas. En esta ocasión, si una fue magnífica, la segunda todavía más.
Dos partidos que nos dejan una conclusión: el pádel es cosa de rachas. Porque si ahora hay una pareja que está en forma y puede con todo, también hay otra que dominó con mano de hierro, fue la mejor dupla durante más de un año y atesoró título tras título, y ha vuelto.
Para conocer el desenlace primero hay que hablar de las semifinales. Se enfrentaban en primer lugar Alejandra Salazar y Ariana Sánchez con ganas de revancha ante Martita Ortega y Bea González. Un partido trepidante, de los que hay que aprender y estudiar punto tras punto, viendo cómo la inercia del juego va y viene entre ambos lados de la red.
Un choque que pedía tres sets y que las protagonistas se lo dieron, dejando un resultado de 6-4, 5-7 y 6-7, más paridad imposible. Aguantaron las más jóvenes por tener más físico y saber, quizá, medir mejor los tiempos en los momentos complicados, también porque supieron aguantar cuando peor venían dadas, cuando Ale y Ari estaban en la cresta de la ola, y subirse también ellas a la tabla y surfear con estilo.
Y es que lo tuvieron en su mano las chicas de Manu Martín, pero Ariana no terminó de afilar su espada y cortar todo lo que venía a su paso, ahogada en la parte final por la defensa a la que le exigieron Bea y Martita, y Ale, de habitual mano exquisita, no tuvo la muñeca de 10 de otras ocasiones, sino que se quedó en un 8, y eso abrió en exceso la puerta.
Un choque que no contó nunca con distancia en el marcador y que se decidió en el tramo final de todos los sets, concluyendo con un tie break de los que quitan el hipo pero también de los que, si ganas te hacen crecer, y eso hicieron Ortega y González, crecer, algo que ya demostraron en la anterior cita y que ahora quieren repetir. Su nivel de mejoría es enorme, por supuesto que no han tocado techo, pero esta victoria, a nivel moral, les sitúa como dos veteranas plagadas de éxitos.
Mapi y Majo regresan a su hábitat natural
Perdemos la cuenta del tiempo que hacía que no veíamos a Mapi y Majo Sánchez Alayeto en el streaming un domingo, pelear por los títulos y vivir pegadas a la red para terminar la semana. Pero, tras otra batalla campal a cara de perro, esta vez ante Lucía Sainz y Gemma Triay, que buscaban repetir sitio en la final, acceden a su azul pradera dominical. Las ‘Atómikas’ han vuelto.
Sin hacer mucho ruido y con algún que otro tropiezo por el camino, han vuelto a sentirse ganadoras. Ya lo avisó Jorge Martínez, su guía desde el banquillo: solo necesitaban tiempo, rodarse más en la pista. Y eso, precisamente el tiempo, le ha dado la razón.
Otro choque inmenso de pádel que cerraron a su favor las mañas remontando (7-6, 3-6 y 2-6), jugando de más a mucho más a pesar de la resistencia de una Gemma y una Lucía que en el primer set supieron sufrir y salir a flote en el tie break para ponerse por delante, pero que después, fueron borradas del mapa por el juego ofensivo de las Alayeto.
En el segundo y especialmente en el tercero, acumularon las hermanas varios breaks a su favor que les hicieron ponerse en órbita y con distancia en el marcador son aún más imparables. No pudieron frenar ni Gemma ni Lucía el caudal ofensivo que les venía desde las bandejas de Mapi y los remates de Majo, con las dos voleando muy firmes y pegadas a la red, tirando globos milimétricos y subiendo a terminar el punto más veloces que el correcaminos.
Así, tendremos una final inédita este curso que puede suponer que, por fin, una pareja repita título o que una nueva se estrene. Continuidad o cambio de rumbo, nueva hornada o confirmación de que las Alayeto vuelven a la pelea.
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