Tremendo partido de desgaste y ritmo en el Madrid Arena. La final femenina, por mucho que tuviese a Eli Amatriain y Patty Llaguno, que ya se sabe imponen un tempo algo más lento, fue un constante ir y venir de bola que desgastó a las cuatro por igual.
Ni las piernas jóvenes de Martita Ortega y Bea González, con un partido menos en el torneo pero más sets disputados, estuvieron exentas de correr ante los cambios constantes de dirección de Patty Llaguno, imperial en el control del juego y la definición, escudada a la perfección por su compañera Eli Amatriain, luchadora incansable en labores defensivas.
La igualdad recorrió el primer set de principio a fin hasta que Patty y Eli pusieron un puntito más en el acelerador y se marcharon, con dos breaks, hasta el 1-4 de ventaja, momento en el que en el banco de Carlos Pozzoni asomaron las alarmas. Sin embargo, ni Marta ni Bea bajaron los brazos y pudieron recuperar uno de los quiebres primero y luego otro para pasar rápidamente al 4-4.
Volvían a ponerse un pasito por delante Eli y Patty, quienes tuvieron incluso oportunidad de cerrar el partido con un punto de oro (4-5) que no supieron aprovechar a su favor y el partido, que se fue impregnando con olor de tie break, fue finalmente solventado en este primer set con otro break más para las chicas de Neki Berwig (5-7).
En el segundo, a pesar de que los intercambios volvieron a ser constantes, el físico de Bea y la volea de revés de Martita empezaron a aflorar mucho más y eso fue lo que en esta ocasión les dio a ellas la ventaja. Rápido parcial a favor para ponerse 4-1 con una Eli y una Patty que aunque peleaban, no eran capaces de superar la barrera que les distanciaba y terminaron por cederlo del todo con un 6-1.
Y en el tercero, la estrategia que les dio resultado en el segundo, continuó, volcando todo el peso del juego por el lado de Eli, a la que desgastaban una y otra vez, dejando a Patty como mera espectadora. Esa fórmula la aprovecharon al máximo y provocó que las »hormiguitas» no encontrasen respuesta alguna a pesar de las palabras de aliento de Neki desde el banco. Sucumbieron, pero lo hicieron con su infinita sonrisa (5-7, 6-1 y 6-1) y dando las gracias como siempre.
Una final que encumbra a Bea González (jugadora más joven en lograr un Open a sus 18 años) y a Martita Ortega (la más joven en hacerlo con tres compañeras distintas, Ariana Sánchez, Marta Marrero y ahora Bea).
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