No le podrían haber ido mejor las cosas a Marta Marrero y Paula Josemaría. Debut como pareja en un torneo del circuito profesional, primera final, título y número 1 para la canaria. Todo ello, además, en el Día Internacional de la Mujer. Mejor imposible.
El único pero a la jornada se lo ponemos a la falta, una vez más y como ya ocurriera el pasado año, de la retransmisión del partido por televisión. Misteriosamente, en un día tan señalado como este 8M, la señal de televisión en lo que a pádel se refiere concluyó con las declaraciones de los vencedores de la cita masculina y ya nada más se supo; los aficionados tuvieron que recurrir a Youtube o al marcador de la web de WPT. Medida extraña, incomprensible, un golpe para el pádel femenino.
Volviendo a la competición, decir que el choque ante Alejandra Salazar y Ariana Sánchez trajo aromas del pasado, olor vintage, pues se veían dos ex números 1, dos ex compañeras, pero también dos jugadoras llamadas a dirigir el pádel en los próximos años, así como la Selección Española, dos jóvenes con un talento natural.
La final fue muy intensa, disputada a tres sets a pesar, también y como en la masculina, del punto de oro que a todas luces en esta cita de Marbella no ha funcionado en absoluto, pues se han dado partidos igual o más largos. Decidida por detalles de estratega, de ojo analista, de entrenador y observador.
Paula y Marta fueron mejores en el comienzo, con una apuesta ligeramente más ofensiva y resultadista que les dio réditos hasta que la maquinaria del ‘Equipo A’ comenzó a carburar, lo que transformó el partido en una guerra de trincheras sin cuartel que obligó a ir al tie break donde el temple de Marrero y la capacidad resolutiva de Josemaría dictaron sentencia para hacerse con el primero.
En el segundo, Ariana y Alejandra se vieron obligadas a meterle un par de marchas más a sus piernas y a sus tiros y vaya si lo hicieron, desatascando el embrollo del primer parcial y viniéndose arriba con tiros precisos y letales con la derecha de la madrileña y desde el fondo de pista la catalana. Así, consiguieron tomar ventaja en el luminoso y con un simple break de diferencia igualar el marcador a la conclusión del décimo juego.
Todo por decidir en un tercero que invitaba al éxtasis y donde se presuponía que la pareja con más tiempo a sus espaldas dominaría, pero todo fue un espejismo, pues la intensidad que metieron las de Juan Alday a sus acciones pilló a contramano a Ari y Ale y no les pudieron seguir. Se fueron marchando y marchando, cada vez más lejos, ampliando la ventaja y dando un recital sobre cómo terminar un partido mejor incluso de lo que lo has empezado. Resultado final de 6-7, 6-4 y 2-6 que deja a Marta Marrero como líder del ranking en solitario y con un serio aviso de que este año veremos duelos de infarto en el cuadro femenino.
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