El torneo merecía una final de estas características y su buen hacer dentro de la pista durante toda la semana, superando un rival tras otro, merecía todavía más que se hiciesen con el título. Matías Díaz y Franco Stupaczuk se convertían, este domingo, en la sexta pareja masculina en lograr un triunfo este 2019. Viva la igualdad, viva el pádel.
Aunque, obviamente, conseguirlo no fue fácil, pues tuvieron que luchar contra res rivales: Paquito Navarro, Juan Lebrón y el público que, lógicamente, animaba a los locales andaluces esperando que saliesen a la pista con las mismas sensaciones que en semifinales, arrollando.
Pero el guión difirió muchísimo, pues Carlos Pozzoni tenía bien estudiados a sus oponentes y animó a sus chicos a jugar por abajo, atacar a Paquito cuando el sevillano defendía en la derecha y, sobre todo, a buscar muchos ángulos, a lo que se sumó un Matías Díaz colosal en la estrategia, manejando el partido y agigantándose minuto a minuto, unido a un Stupa que seleccionaba muy bien sus tiros y remataba cuando creía oportuno, consiguiendo siempre salir victorioso.
De haber ganado, Navarro y Lebrón se hubiesen hecho con el número 1, un número 1 con acento español, algo que hubiese sido un hito, pero quizá la presión pudo con ellos, quizá en lo físico se habían desgastado mucho el día anterior o quizá simplemente sus rivales fueron mejores, el caso es que no pudieron con las acometidas que les llegaban y cometieron unos cuantos fallos que aprovecharon, tras un comienzo de duelo igualado, Stupa y Mati para afianzarse y marcharse rápido a por el set.
Volaba el chaqueño, apretaba el de Buenos Aires y, en poco menos de tres cuartos de hora, el primer envite era suyo, ya estaban por delante (3-6), con una enorme colección de golpes ganadores y con los fallos en la mínima expresión.
En el segundo asalto, Paquito y Lebrón lo intentaron, se metieron algo más en el partido y la afición lo agradeció, levantando los decibelios y aplaudiendo en cada uno de sus puntos, pero Mati supo parar el partido, hacerse dueño de la estrategia invisible y bajarle revoluciones, calmando también a un Stupa que pronto se enciende y que podría haber provocado más errores de los necesarios ya que en agua revuelta….Paquito y Lebrón pescan de maravilla.
Al final, para la estadística quedarán los 25 winners de la dupla nº7 del mundo (frente a los 15 de los andaluces, una de las que más hacen por partido) y una colosal estadística de 21 smashes acertados de 27 intentados, gran efectividad, y el hecho de que ni Paquito ni Lebrón tuvieron en ningún momento opción alguna de break. Eso se pagó caro y con idénticos números (3-6 y 3-6), Matías y Franco ponían la guinda al pastel cordobés. Dulce y sabroso, para relamerse y degustarlo hasta el final.
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