ENORME, así, en mayúsculas, ha sido la jornada de cuartos de final en el Menorca Open. Quien pensase que íbamos a tener sorpresas, seguro que hasta se ha quedado corto, porque no se esperaba lo que ocurrió.
Un día para mantener el aliento, no respirar, desde el inicio de la jornada y hasta el final. Y es que el día empezó ya con un plato fuerte, bien metido en harina, con todo un Pablo Lima-Ale Galán ante Uri Botello-Javi Ruiz. Pegada y sobriedad a partes iguales entre cuatro palas que saben de sobra lo que es probar las mieles del triunfo.
Lógicamente, por ranking, Pablo y Ale eran grandes favoritos, los rivales a batir, pero quien no conozca cómo juegan Uri y Javi han de saber que lo pelean absolutamente todo, hasta sentados en el banquillo, y a esa receta se agarraron para levantarles el partido y poner la victoria a su favor. De hecho, el melillense y el andaluz eran los dos únicos que les habían ganado este año y tiraron de su experiencia en esa ocasión para repetir la fórmula.
Paridad absoluta hasta el séptimo juego, cuando Botello y Ruiz conseguían la primera rotura del partido, un break que resultaría definitivo, y con un 6-4, desequilibraban la balanza a su favor los españoles.
En el segundo, de nuevo igualdad hasta que rompieron en esta ocasión Galán y Lima pero le devolvían rápidamente la moneda sus rivales para, varios juegos después, repetir la misma acción y ahora sí sentenciar el partido (6-4). Brazos al cielo y alegría desmedida.
Acto seguido, Matías Díaz y Franco Stupaczuk lograron la siguiente machada de la jornada, toda vez que vencieron y con suma contundencia y amplitud, a Paquito Navarro y Juan Lebrón. Quizá aquí, por ranking, era más probable que pudiese darse cierta igualdad, pero es que Mati y Stupa salieron en tromba, a comerse el partido, y lo consiguieron, si bien es verdad que el primer parcial se resolvió solo por un break de diferencia entre ambas duplas, pero en el segundo, el margen fue mucho mayor.
Paquito y Juan bajaron algo sus prestaciones al tiempo que Mati y Franco se agigantaron, no cometieron errores y brillaron en uno de los mejores partidos del año. Billete para ellos por 6-4 y 6-2 en emnos de hora y media. Fueron muy superiores y encontraron justo premio.
El tercer duelo del día fue de altísimo voltaje, con ‘Coki’ Nieto y Javi Rico sin tapujos, desmelenados, imperiales ante un Sanyo Gutiérrez que terminó echándose el partido a las espaldas y un Maxi Sánchez que empezó muy bien pero que terminó cual azucarillo en agua, perdiendo empaque y presencia y apareciendo únicamente a cuentagotas, aunque siempre con peligro.
Los números 1 empezaron demostrando lo que son, contundentes y que han vuelto, que han recuperado gran parte de su esencia del 2018, haciéndose muy fuertes en el fondo del cristal ante dos jugadores todo movilidad y electricidad. Con esos argumentos desbaraton las acometias de Coki y Javi y les dieron réplica con excelente efectividad, llevándose al bolsillo el primer envite. En el segundo, cambió la alternativa y fueron los españoles los que replicaron alto y claro: no querían pasar como invitados, sino tener presencia.
Y menuda presencia, pues impidieron que Sanyo y Maxi siguieran sumando juegos y les dejaron en solo dos, poniendo ellos la directa e igualando el luminoso para dar la bienvenida a un tercer set imperial en todos los sentidos. Toma y daca constante en el que las dos parejas tuvieron oportunidades para marcharse en el amrcador, pero no se dejaban. ‘Coki’ y Javi navegaban casi siempre por delante hasta que el físico del primero aguantó, pues empezó a tocarse la parte baja de la espalda y después a cogear, lo que obligó a un mayor despliegue de su acompañante pero ni aun así se dejaban ganar fácilmente.
Pelearon y pelearon sin descanso, llegando a tener varias bolas de partido, pero Sanyo, poderoso en el toque y en el físico, se echó el partido a las espaldas y forzó un tie break en el que de nuevo fueron abajo todo el rato (1-0, 2-1, 4-1, 6-5) pero en el que supieron tirar de experiencia para aguantar y morder en el último suspiro, con una bola inalcanzable para un mermado Nieto (3-6, 6-2 y 6-7). ENORMES los cuatro.
Quedaba un solo partido y desde luego iba a estar a la altura de los anteriores. Los siempre fabulosos Juan Tello y Fede Chingotto dieron otro recital de los suyos, de esos en los que salen enchufados y pueden con cualquiera, dándoles igual quién esté delante. Esta vez tenían a otro enorme talento joven, Agustín Tapia y al ‘boss’ de este deporte, Fernando Belasteguín, quien lejos de achicarse por tanta presencia juvenil, se creció aún más y demostró que a ganas no le vence nadie.
En ese duelo de generaciones empezaron mandando Tello y Chingotto, muy activos como siempre, ágiles, eléctricos, mientras que sus rivales poco podían hacer y no encontraban el camino para frenarles, pues abarcaban todo el espacio de la pista. Eso les dio el set con dos breaks de ventaja, pero en el segundo Bela se empezó a conectar y Tapia a volar, y ambos encontraron el camino, la manera de engancharse al partido y ser ellos los que, esta vez, tuviesen los tiros ganadores y la inercia positiva, devolviendo el golpe con idéntico resultado.
Quedaba el tercero, la batalla final y la experiencia de Bela se impuso, sabiendo manejar mejor los tiempos en el momento preciso. Lograron el break nada más comenzar y esa ventaja la mantuvieron hasta el final, logrando así la victoria (6-3, 3-6 y 4-6) y la remontada, alcanzando de nuevo las semifinales y dejando con el sueño de ellas al »gato Tello» y al »ratón Chingotto».
Tendremos pues dos semifinales muy bonitas y disputadas, la primera de ellas inédita, a las 10 de la mañana, entre Matías Díaz y Franco Stupaczuk ante Javi Ruiz y Uri Botello, y la segunda a partir de las 16 horas entre Fernando Belasteguín y Agustín Tapia ante Maxi Sánchez y Sanyo Gutiérrez.
Fotos exterior: Javi Ruiz y Uri Botello / Matías Díaz y Franco Stupaczuk (World Padel Tour)
Fotos interior: (World Padel Tour)
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