Volvieron para demostrar que todo estaba igual que cuando se habían ido, que no se habían olvidado de ganar juntos y, sobre todo, que Fernando Belasteguín estaba recuperado (o al menos lo parecía desde fuera) y que su hambre estaba intacta.
Enfrente, dos rivales rocosos y que no iban a poner las cosas fáciles, dos rivales que vivían el que posiblemente iba a ser su último partido del año y que por eso mismo no tenían nada que perder: Miguel Lamperti y Juani Mieres.
Desde el minuto uno, la efectividad y pegada de Bela y Lima fueron mucho mayores; estuvieron más enérgicos, más metidos en el partido, optando por mejores tiros y consiguiendo que el ritmo de crecimiento de puntos fuese mucho mayor que en el marcador de sus adversarios.
Así, el primer set se fue balanceando a su favor, inclinándose sin oposición minuto a minuto y haciendo que la ventaja fuese cada vez mayor. Bela y Lima se encontraban a gusto en la pista, no tenían que exprimirse demasiado y con suma rapidez el primer parcial entró en su bolsillo (2-6).
Sin embargo, en el segundo, los chicos de Bahía Blanca sí demostraron por qué habían llegado al Masters, demostraron todos los méritos de un buen año en el que ya sabían lo que era verse las caras una y otra vez con el argentino y el brasileño en duelos épicos y muy peleados, lo que era pelear desde el fondo de la pista para emerger pegados a la red y plantar dura batalla.
Así resurgieron de sus cenizas y se fueron a por el partido, siendo este ahora un constante toma y daca, un ida y vuelta de pelota donde las defensas subieron mucho el nivel y los intercambios se convertían en un enigma a la hora de adivinar qué pareja estaba más fuerte.
Esa paridad se fue alargando hasta el tie break, donde aunque empezaron Mieres y Lamperti mejor, sus rivales se fueron asentando y al final les rebañaron el parcial por 7-4 y se adjudicaron el segundo y definitivo set (2-6 y 6-7). Era su primer partido oficial tras la vuelta de Bela pero……los ‘Depredadroes’ ya están aquí.
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