Se esperaba un duelo de altos vuelos y grandes proporciones en el partido entre Miguel Lamperti y Juani Mieres y Uri Botello junto a Javi Ruiz, y lo que anunciaba el papel, se plasmó en la pista. Un choque muy dinámico, extenuante, divertido, placentero para el público y mucho más para el carisma de un jugador que es, precisamente, eso, carisma, Miguelito Lamperti.
Recital del bahiense y de su compañero, también de nacimiento pero español de representación internacional, con una intensidad propia de dos juveniles pero con un saber estar de dos veteranos que supieron reponerse tras ceder el primer parcial de manera algo abultada y luego resurgir cual ave fénix logrando dos set con suma claridad (3-6, 6-2 y 6-1).
Las gradas, no tan llenas como se esperaba, sino más bien todo lo contrario, aplaudieron la llegada de los jugadores, cuatro que merecían por trabajo y por inercia estar en la final. Uri y Javi llegaban tras un partido agotador y tras vencer a los números 1, algo que todo lo cura, mientras que los bahienses lo hacían con igual carga en las piernas tras dejar fuera a Mati Díaz y a Ale Galán, por lo que en cuanto a físico, partían con igual puntuación.
Empezaron golpeando los argentinos, quienes se pusieron 3-1 en un abrir y cerrar de ojos, pero a partir de ahí todo cambió y Javi y Uri apretaron dientes para voltear a base de breaks la situación y hacerse con el primer parcial con cinco juegos seguidos. Nada más volver del banco, Lamperti y Mieres cambiaron el chip y empezaron a apretar desde la volea, no concediendo lo más mínimo y permitiendo únicamente tres juegos en los dos siguientes sets a sus rivales, muy poca renta como para defender su dominio del partido. Así, Miguelito y Juani, peleando una vez más, se metieron a la grada en el bolsillo, al lado de los dos billetes para la final.
Lima y Navarro desatan su hambre en la otra semifinal
En el otro, Pablo Lima y Paquito Navarro, en su primera aparición conjunta, lograban meterse en la final. Viendo el resultado (6-1 y 7-6), podría decirse que en el primer set bailaron a Cristian Gutiérrez y Franco Stupaczuk, pero lo cierto es que Lima fue un animal de hambre voraz que no paró de correr y dejarle franca la definición de los puntos a un Paquito mucho más liberado de tareas defensivas, lo que agradeció percutiendo sin piedad el lado de sus rivales.
Un ritmo muy alto al que ni Stupa ni Cristian podían llegar fue la nota que puso la música al primer parcial, de total dominio y sin concesiones de Lima y Navarro, mientras que en el segundo todo el escenario cambió. Más asentados, más dinámicos y sobre todo, con una mentalidad mucho más ofensiva, la pareja argentina empezó a hilar su juego, lo que supuso mucha mayor igualdad hasta llegar al tie break, donde un minibreak puso por delante a los chicos de Carlos Pozzoní, pero el andaluz y el brasileño fueron capaces de serenar su hambre para jugar con cabeza y darle la vuelta a la muerte súbita a su favor y llevársela también a su marcador.
Duelo inédito en la final de este domingo, entre cuatro palas de excelsa entrega. Todo listo para el gran duelo de Bilbao a partir de las 10 de la mañana.
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