Los duelos entre Mapi y Majo Sánchez Alayeto ante Eli Amatriain y Patty Llaguno siempre son de ida vuelta, épicos, con constantes alternancias en el marcador, con un juego que se les atraganta en muchos casos a las gemelas y con un desgaste espectacular y esta vez, en Zaragoza, no fue menos.
Más de tres horas de partido, desde las 10 de la mañana que comenzó hasta pasadas las 13 de la tarde. Un choque que cualquiera de las dos parejas pudo llevarse al bolsillo pero donde terminó jugando un papel fundamental el apoyo local y el físico, pues las gemelas llegaron más enteras al tramo decisivo del choque, no así Eli, quien necesitó incluso de las asistencias de la fisio para poder continuar.
Eso sí, el primer parcial de la reedición de la semifinal del pasado año cayó del lado de las pupilas de Neki Berwig, quienes en el intercambio de puntos, a pesar de empezar por abajo, lograron sobreponerse y darle a las hermanas su propia medicina: acierto y eficacia. Iguales a cuatro juegos cada pareja, los nervios en el cierre fueron una losa en el lado de las locales, quienes vieron como Eli y Patty lograban estar más tranquilas y cerrar el primero a su favor (7-5).
Con el claro objetivo de no quedarse un tercer año consecutivo sin acceder a la final, esta vez las de Jorge Martínez cambiaron el semblante y apretaron dientes, mejorando enteros en la estadística y viniéndose cada vez más arriba. Break a favor, mantenimiento del servicio y otro break; trabajo hecho y ventaja suficiente para hacer el segundo set suyo.
Y en el tercero, apareció el fantasma de los problemas físicos, que atacó a Eli en el cuádriceps derecho y le mermó en la recta final del choque. No obstante, su trabajo sobre la pista no decayó un ápice y siguió peleando junto a su compañera (lo llevan en el ADN) para ponerle un final más que digno a la maratón de semifinales.
Al final, las Alayeto ya tienen su final, les ha costado, pero ya han llegado. Mañana tendrán otro partido más para poder ser profetas en su tierra a partir de las 10 de la mañana ante Gemma Triay y Lucía Sainz.
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