Son muchas las personas que tengo a mi alrededor, practicantes del pádel, que una y otra vez me preguntan cómo pueden reducir el nivel de activación cuando comienzan un partido de pádel, y como aumentarlo en ciertos momentos durante el partido.
Muchas de estas personas, como nos ha pasado a más de uno, llegamos a la pista de pádel 5 minutos antes del inicio del partido y, además, llegan acelerados porque salen del trabajo con la hora justa para llegar al partido que tienen concertado, y no sólo eso, sino que el nivel de estrés de multiplica al traer en su mochila el propio estrés del entorno laboral…. Algo muy común y que nos afecta a todos.
En primer lugar, siempre que sea posible, debemos llegar con el tiempo adecuado para entrar al partido en condiciones óptimas físicamente, realizando los ejercicios de calentamiento adecuados para reducir la probabilidad de lesiones, y psicológicamente, es decir, con un nivel de activación adecuado para comenzar el partido de la mejor forma posible.
Para poder tener una idea del termino «nivel de activación», entendemos por nivel de activación una respuesta de nuestro organismo, en el que intervienen varios sistemas, que produce un incremento del nivel de alerta, y que puede situarse entre el estado de máxima calma y relajación (nivel de activación mínimo), hasta la máxima alerta o tensión (nivel de activación máximo).
El nivel de activación depende fundamentalmente de la motivación, el estrés y la autoconfianza, y va a determinar el funcionamiento físico y mental que tengamos en el partido.
De forma metafórica podemos entender el nivel de activación como el intervalo de un dial de radio en el que el nivel mínimo sea 0 y el máximo sea 10, y debemos trabajar y ser conscientes de cuál es el nivel de activación que es óptimo para cada uno de nosotros en determinados momentos para favorecer el funcionamiento físico y psicológico en el partido.
Antes de un partido, mediante la auto-observación y auto-evaluación trata de identificar qué sientes y piensas y las circunstancias que acompañan a esa situación, y asígnale un valor del 1 al 10 al nivel de activación que consideras tienes en ese momento.
Tras jugar el partido, autoevalúa cual fue el rendimiento en ese partido con el nivel de activación que identificaste al inicio del partido.
Antes de asignar un valor a tu nivel de activación óptimo, trata de tomar un registro al menos durante 3-5 partidos para identificar el nivel óptimo.
Poco a poco sabrás cuál es el punto en el que mejor rendimos, y sabrás encontrar la frecuencia adecuada.
Es importante que aprendamos a autoevaluar nuestra propia activación (utilizando la escala de 1 a 10), a conocer el nivel de activación óptimo, y a partir de ahí, entrenar habilidades específicas que ayuden a autorregular el nivel de activación de cada uno de nosotros en determinados momentos, tanto antes como durante el partido.
En el próximo artículo tendréis pautas de actuación para poder adecuar el nivel de activación antes y durante el partido… ¿Te lo vas a perder??
Te espero!!
Juan P. Vegas
Psicólogo Deportivo
Col.: M-31595. Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid
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